Los precios de la gasolina son idénticos en la mayoría de los surtidores de la comunidad

ECONOMÍA

10 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La competencia de precios en la gasolina, cuyo consumo supone un gasto importante para miles de hogares, es prácticamente nula. Eso es lo que se desprende de los datos facilitados ayer por el Ministerio de Industria, que revelan un enorme grado de coincidencia en los puntos de venta. Gran parte de los surtidores aplicaron ayer una bajada de un céntimo en la gasolina de 95 octanos y en el gasoil, lo que ha dejado el valor de venta del litro de ambos carburantes en en el mismo precio: 1,19 euros. Esa es la cantidad exacta a la que se comercializaba ayer la gasolina 95 en todas las estaciones de servicio de tres ciudades: Pontevedra, A Coruña y Santiago. En Lugo y Ourense la diferencia era de solo dos céntimos y en Vigo de tres. La situación del diésel es idéntica.

La ausencia de competencia resulta muy notable en las urbes y son las gasolineras de pequeñas villas las que ofrecen precios más competitivos. La explicación a este problema es de sobras conocida: Repsol y Cepsa controlan un 70% del mercado. Pero la calle se plantea la pregunta de si esa proporción es lo suficientemente grande como para justificar una coincidencia prácticamente total en los valores de venta. Los datos facilitados ayer por Industria avalan las sospechas de Competencia sobre posibles prácticas de concertación de precios, que están prohibidas por ley. De hecho, el organismo dependiente del Gobierno abrió en julio del 2007 un expediente por presuntas prácticas irregulares y ahora investiga si las petroleras impiden que se traslade toda la bajada del crudo al precio de los combustibles.

«Es evidente que son Repsol y Cepsa quienes deciden cuándo y cómo se bajan los precios y que son los demás los que después van a rebufo en función de lo que hacen ellos», explicaba ayer un gasolinero gallego independiente que ha preferido omitir su nombre. La nula competencia en la comunidad gallega queda avalada por otro dato aportado por Industria: ninguna estación de servicio de la comunidad está entre las 20 más baratas de España. De hecho, según revela el observatorio de precios facilitado por el Gobierno, ayer había un punto de venta de Guadalajara en el que se ofertaba el diésel a 0,97 euros, 0,17 euros por debajo del precio que marcaba la estación gallega más barata en gasoil.

A la falta de un operador nuevo capaz de romper el dominio de Repsol y de Cepsa se suma otro problema. Al contrario de lo que sucede en Francia, en Galicia hay un número muy escaso de hipermercados con surtidores de gasolina. El país galo, por ejemplo, cuenta con más de 4.000 puntos de venta en manos de grandes cadenas distribuidoras, mientras que en Galicia se cuentan con los dedos de una mano. De las 150 gasolineras que hay en España pertenecientes a grandes superficies, solo siete están en territorio gallego: Eroski tiene en Ribadeo, Lalín y Sarria; Alcampo en Ferrol y Vigo; Carrefour en Pontevedra, y Makro en A Coruña. Los datos facilitados por Industria muestran que son los híper los que suelen ofrecer precios más competitivos. Pero las trabas burocráticas de los ayuntamientos -la legislación las considera instalaciones peligrosas-han frenado en seco la expansión de este tipo de surtidores.

Arrecia la polémica

A pesar de la bajada de un céntimo aplicada ayer en la gasolina de 95 octanos y en el gasoil, las organizaciones de consumidores denuncian que las petroleras aún no han repercutido todo el descenso del crudo en el precio final de los carburantes. El Gobierno central, a través de David Vergara, secretario de Estado de Economía, ya anunció que se vigilaría de cerca este asunto a través de Competencia. Las petroleras advierten que la gasolina nunca baja al mismo ritmo que el crudo porque la evolución de la cotización de esta materia prima supone solo el 40% del precio final. Los consumidores, mientras, se preguntan por qué sube tanto la gasolina al poco tiempo de encarecerse el petróleo.