Las promotoras frenan la obra nueva y la construcción cae un 60%

Erik Dobaño

ECONOMÍA

En el 2009, la edificación residencial bajó en Galicia cuatro puntos más que en el resto de España

28 mar 2010 . Actualizado a las 03:00 h.

La construcción de obra nueva sufre un brusco frenazo en Galicia. En el 2009, se iniciaron 7.397 nuevas viviendas, frente a las 18.904 de un año antes (un 60% menos; cuatro puntos por encima del conjunto de España). Las cifras de visados son igual de contundentes. El año pasado se concedieron en la comunidad 7.708 permisos para vivienda (un 63% menos que en el 2008). Son tres ejercicios consecutivos de fuertes descensos, porque en el 2006 -el año de los récords en el ladrillo- se empezaron en Galicia más de 42.000 inmuebles y se dieron 46.000 visados.

El ritmo de la construcción cae porque las inmobiliarias han bajado una marcha. De las grandes compañías españolas no hay noticias en la comunidad. No iniciaron ninguna promoción en los dos últimos años y las que mantienen actividad (Vallehermoso, Royal Urbis) se limitan a vender los pisos ya terminados. Y Fadesa (hoy Martinsa-Fadesa), la empresa ga­llega que fue una de las líderes del sector, se encuentra en con­curso de acreedores.

Entre las principales inmobilia­rias gallegas consultadas, Anjoca, la empresa que preside Ángel Jo­ve, emprendió una nueva promoción el año pasado y este tiene en cartera otro proyecto; Puentes empezó una obra residencial en el 2009 y hará otra de protección oficial este año; Copasa termina una promoción en San Paio de Navia, pero manifiesta que la edificación pierde peso en su negocio, cada vez más volcado hacia la obra civil.? Otras empresas de menor dimensión también han bajado el ritmo. La coruñesa Marineda arrancó tres promociones en el 2008, una el año pasado y otra este. Raminosa comenzó tres promociones en el 2009. Ponteno, que inició una el año pasado, ve «difícil» sacar adelante otro proyecto en este ejercicio. Coinasa reactivó dos promociones paralizadas. Novaurbe no inicia viviendas nuevas desde el 2007. «La construcción tiene sus inercias. Hay que comprar el suelo, obtener las licencias. Pasa tiempo y se tarda en reaccionar -explica Manuel Vilas, responsable del Observatorio Inmobiliario de Caixa Galicia-. En el 2007 se veía venir, pero muchos promo­tores no podían frenar los pro­cesos en marcha».?

Toca vender

Toca vender, no construir. Las inmobiliarias ga­llegas afrontan el tercer ejerci­cio de crisis con la consigna cla­ra. Después de un 2008 catas­trófico, en el 2009 se apreciaron signos de recuperación. «Nadie puede sacar pecho, pero cual­quier empresa facturó más en un trimestre del 2009 que du­rante todo el 2008», comentan desde el sector. Las ventas re­puntan, aunque no a un nivel sa­tisfactorio. «Somos compañías pequeñas, bien capitaliza­das, sin los problemas de deudas de las grandes; pero lo que nos ahoga son las ventas», explica Carlos Cao, director gerente de Novaurbe, dedicada al segmento de la segunda vivienda.

Las ventas son un problema, aunque los datos de transacciones de inmuebles apuntan los primeros síntomas de cierta recuperación en el sector. En Galicia, en el segundo trimestre del 2009 se rompió la tendencia a la baja que se mantenía desde ocho trimestres atrás. En los seis últimos meses del año, las ventas volvieron a subir, pero gracias al tirón de la vivienda de segunda mano.

El otro problema es el elevado stock de pisos: 60.000 según el Instituto Galego da Vivenda; más de 35.000 según el Observatorio de Caixa Galicia.

La división inmobiliaria del Grupo Puentes redujo sus reservas en un 20% y el año pasado inició en la comunidad la mitad de edificaciones que el anterior. «No está saliendo producto nuevo al mercado», constata José María Rodríguez, su director, que di­buja el camino: «Habrá que ir ha­cia promociones de menor ta­maño para ajustarse al ritmo de las ventas».

El grueso del sector resiste los embates merced a lo que parecían debilidades: atomización, empresas de dimensiones pequeñas y corta expansión. Ni hubo grandes operaciones de suelo ni se levantaron macrourbanizaciones. «En Rivas Vaciamadrid se construyó más que en toda Galicia», recuerda Javier Garrido, presidente de los promotores (Feproga). Pero en cuanto a construc­ción, las perspectivas no son halagüeñas. «Se­rá peor que el 2009», dice Juan Manuel Carreño, de Inmobilia­ria Ponteno.

Anjoca mantiene su actividad cons­tructiva fuera de Galicia y una bolsa de 8.000 me­tros cuadrados de terreno. «No he­mos comprado suelo en el 2008 ni en el 2009 -recuerda José Ál­varez Cobelas, director ge­neral-. Volveremos a comprar­lo cuando los precios se recon­duzcan». El 70% de la facturación del grupo se co­rresponde con la explotación de su patrimonio: hoteles, centros comerciales y geriátricos, entre otros.