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La mayor huelga del año paraliza Francia

Esperanza Suárez PARÍS/LA VOZ.

ECONOMÍA

Los sindicatos cifran en 2,5 millones los manifestantes, y Sarkozy podría abrirse hoy a negociar

08 sep 2010 . Actualizado a las 02:32 h.

Francia funcionó ayer a medio gas por culpa de la huelga más importante que ha tenido que afrontar hasta ahora el Gobierno de Nicolas Sarkozy, la mayor en lo que va de año. Los sindicatos consideran un éxito esta jornada de movilización general contra la reforma de las pensiones que también ayer empezó a debatir la Asamblea Nacional.

Sarkozy, inflexible en el fondo de la reforma, hará hoy una declaración en la que podría abrirse a negociar algunos de sus aspectos. Sorprendidas por la amplitud de la movilización, las centrales exigen una propuesta concreta de diálogo para hoy mismo.

Transportes y enseñanza fueron los sectores más afectados por el rechazo al aumento del período de cotización y el retraso de la jubilación a los 62 años. Las centrales sindicales cifraron en 2,5 millones el número de personas que se lanzaron a la calle en las 190 manifestaciones convocadas en todo el país. Desde el mediodía, las concentraciones en las principales ciudades ya presagiaban una participación muy superior a la del pasado 23 de junio. A las dos de la tarde, la concentración de París superaba todas las expectativas y tuvo que dividirse en dos para poder completar su recorrido entre las plazas de República y Nación. Ante la evidencia, el Gobierno solo se ha atrevido a rebajar a la mitad las cifras de participación ofrecidas por los sindicatos, unidos en la convocatoria. Reconocen una alta participación, pero niegan que se batiera el récord de las movilizaciones del 2003, cuando gobernaba el Partido Socialista.

La huelga se impuso en el sector público. Las fuertes perturbaciones en el metro y sobre todo en los trenes de cercanías hicieron que muchos trabajadores optaran por cogerse el día libre. En París, los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle tuvieron que cancelar un 25% de sus vuelos. Los trenes de largo recorrido funcionaron de forma irregular: 3 de cada 10 en algunas líneas nacionales.

Un tercio de los profesores

Los hospitales funcionaron en servicios mínimos y la mayoría de los niños se quedaron sin colegio, a pesar de que según cifras oficiales solo el 30% de los profesores secundaron la convocatoria. Cuatro días después del inicio del curso escolar, la movilización en la enseñanza media ha durado dos jornadas completas: el lunes los enseñantes pararon para protestar por el recorte de puestos de trabajo. La movilización ha sido mucho menor en el sector privado, aunque tras la cabecera de la manifestación parisina se situaran los representantes de cuadros de las empresas. «El Gobierno no puede actuar como si no pasara nada ante la más grande movilización sindical de los últimos años», aseguraban los líderes, decididos a continuar con las protestas, la próxima previsiblemente a mediados de mes.

Mientras los trabajadores se manifestaban, el ministro de Trabajo presentaba en la Asamblea Nacional el proyecto de ley de reforma de las pensiones, que sigue trámite de urgencia. Eric Woerth, debilitado por su implicación en el escándalo Bettencourt, contó con el primer ministro François Fillon como refuerzo y justificó la reforma como la única vía para salvar el sistema y citó a Rodríguez Zapatero como ejemplo de que los cambios no obedecen a una política de derecha o izquierda sino a los efectos de la crisis económica y el aumento de esperanza de vida de la población.

Lo abuchearon cuando la definió como «la reforma de la valentía y la razón» y la bronca de la oposición subió de tono cuando añadió que se trata de una «reforma justa». No están de acuerdo el 73% de los franceses, según los sondeos.

El Elíseo se mostró, hasta ayer, inflexible. La votación en la Asamblea Nacional está prevista para el próximo día 15. Tras su paso por el Senado, quedaría definitivamente aprobada a finales de octubre.