La eurozona no logra convencer a China de que aprecie el yuan y se puedan corregir los desequilibrios comerciales

La Voz BRUSELAS/EFE.

ECONOMÍA

Bruselas avisa de que la infravaloración de la moneda asiática pone en riesgo la recuperación europea

06 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El grupo de representantes económicos de la zona euro falló ayer en su intento de convencer a las autoridades chinas para que aprecien su moneda con el objetivo de reducir los desequilibrios comerciales con el Viejo Continente y contribuir de este modo a la recuperación económica europea.

Los responsables de la eurozona reprocharon a China que no haya tomado medidas efectivas para cumplir su compromiso de permitir una mayor flotación de su divisa, una sugerencia formulada el pasado 19 de junio ante una creciente presión internacional, poco antes de la cumbre del G-20 de Toronto.

El presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean Claude Juncker, consideró que el tipo de cambio real del yuan «permanece infravalorado» pese a las promesas del Gobierno asiático, y exigió a Pekín que emprenda una «significante» y «amplia» apreciación del mismo. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, por su parte, alertó a las autoridades chinas de que la infravaloración de su moneda podría poner en riesgo la recuperación europea, lo que a su vez supondría un problema para la economía mundial.

Sin embargo, Juncker tuvo que reconocer que «las autoridades chinas no comparten su apreciación», tras la reunión de los representantes del euro con el primer ministro chino, Wen Jiabao, ayer en Bruselas.

La apreciación de la moneda china es una reiterada demanda tanto de Estados Unidos como de Europa, que consideran que un yuan bajo favorece las exportaciones chinas y penaliza los productos estadounidenses y europeos.

Más brecha comercial

En Europa, el comercio bilateral con China se ha triplicado entre el 2000 y el 2009, un período en que el déficit comercial con el gigante asiático se ha incrementado desde los 49.000 millones hasta los 133.000 millones, tras alcanzar un pico de 170.000 millones en el 2008, cuando estalló la crisis.

Sin embargo, las autoridades chinas han desoído reiteradamente las peticiones formuladas a ambos lados del Atlántico, al negarse a permitir una significativa apreciación de su moneda, más allá de algunos pequeños aumentos diseñados para acallar las críticas internacionales, como el anunciado en junio pasado.

El primer ministro chino ya dio muestras antes del encuentro de que la posición de Pekín no había cambiado.