Jeremy Rifkin, asesor de la UE, subraya el importante papel que debe jugar esta en el nuevo orden mundial
04 nov 2010 . Actualizado a las 02:09 h.Si el sentido común dicta que el talento es la herramienta más eficaz para convertir la crisis en oportunidades, la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) reunió en Santiago toneladas de talento para localizar «los caminos de la reactivación». Una veintena de líderes empresariales pusieron en común sus fórmulas ante 1.500 directivos llegados de 12 comunidades.
Primero señalaron las amenazas y, de ellas, una por encima de las demás: que Europa no reaccione unida ante el nuevo orden mundial y se convierta en «la nueva periferia del mundo», tal y como alertaron a dúo el presidente de Vueling, Josep Piqué, y ex embajador en China, Eugeni Bregolat. «La quiebra de Grecia fue una tragedia. Las de Irlanda o Portugal serían una catástrofe. Y la de España supondría el final de Europa», dijo el asesor de la UE Jeremy Rifkin.
Después llegaron las recetas locales. La mayoría se resumen en una frase del presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada: «Son las empresas quienes sacarán al país de la crisis», aseveró, «y el Gobierno debe establecer el marco adecuado».
¿Lo más urgente? Mejorar la competitividad y potenciar valores como la honestidad o el rigor. «La empresa que crea que mintiendo podrá sobrevivir es estúpida», sentenció el abogado Antonio Garrigues.
José María Aguirre, presidente de la APD, y Claudio Boada le pusieron deberes al Ejecutivo de Zapatero: «La tarea del Gobierno -explicaron- es simplificar las regulaciones, darle facilidades fiscales a la empresa y flexibilizar el mercado laboral (sobre todo la negociación colectiva, el «gran déficit» de la reforma laboral, a juicio de la patronal), además de trabajar para mejorar la competitividad a través de la I+D+i».
El otro gran polo de acción es el formativo. «La Universidad en España no es competitiva», concluyeron los directivos. El reto es cambiarla para que trabaje por objetivos. «Menos universidades y más centros de excelencia», resumió Boada.
Para ganar la batalla del mercado también hacen falta cambios. Las empresas «deben aprender a diversificarse para sobrevivir», apuntó el presidente de FCC, Baldomero Falcones. Y también perder el miedo a la internacionalización y cobrar una dimensión internacional. «Trabajando solo en España no será posible sobrevivir», alertó el presidente de Blusens.
La crisis cambió hábitos para siempre. Por ejemplo, el sociólogo Gilles Lipovetsky señaló que quienes pretendan conquistar clientes «deberá aprender a conjugar la calidad y la marca con el low cost [bajo coste]».
Otro gran reto es la financiación. «Se acabó para siempre el crédito fácil», aseveró el presidente de Deloitte, Fernando Ruiz. Y la convulsa transformación de la banca tiene un sentido básico: «Hay que regresar a la banca tradicional, donde la confianza y el conocimiento del cliente serán las claves», resumió José María Arias, presidente del Banco Pastor.
Gestionar a los trabajadores
La «gestión del talento» será un pilar de la recuperación. No hacerlo encenderá aún más la mecha de la revuelta social. ¿Por qué? Pues porque llegan tiempos en los que se cobrará poco por trabajar mucho. «Toca gestionar la incertidumbre», aclaró la presidenta de Microsoft España, María Garaña, quien apostó por «diferenciar a las personas con más talento» para «activar esta palanca como motor del cambio».
Francisco Román, presidente de Vodafone España, fue más lejos: «Hay que personalizar el desarrollo de los empleados e implantar sistemas para medir cómo contribuyen a los resultados estos métodos». Mónica Deza, consejera de APD, pidió a los empresarios un esfuerzo de márketing: «No basta con la innovación -dijo-, hay que convencer con emoción».
La convención de la APD clausurada ayer en Santiago ha sido la mayor reunión de empresarios del año para abordar las salidas a la crisis. Sus resultados serán ahora publicados como una guía de futuro.