El BCE compró 2.000 millones de deuda soberana en la semana negra de los mercados

La Voz FRÁNCFORT/COLPISA.

ECONOMÍA

07 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Banco Central Europeo (BCE) rindió ayer cuentas de las compras de deuda soberana que llevó a cabo la pasada semana e informó de que, hasta el miércoles, ascendieron a 1.965 millones de euros. Es el desembolso más elevado que se realiza en ese período desde el mes de julio. La semana anterior, la institución ya había adquirido otros 1.348 millones, el doble que en los siete días precedentes.

El presidente del BCE, Jean Claude Trichet desveló el pasado jueves su intención de seguir adelante con el programa de compra de deuda pública, criticado por algunos y reclamado por otros como una de las mejores vías para ayudar a la financiación de los países más frágiles de la zona euro. Lo que la autoridad monetaria no está dispuesta a reconocer es el propósito de llevar a cabo adquisiciones masivas, en línea con los anuncios que realiza la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

Las cifras no admiten comparación: desde la puesta en marcha de esta medida de carácter excepcional en mayo pasado, en plena crisis griega, el BCE ha empleado 69.000 millones de euros en la compra de deuda, mientras que las adquisiciones de la Fed han llegado a rebasar en una semana la barrera de los 100.000 millones de dólares.

Más compras de la Fed

Precisamente ahora, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, acaba de dejar la puerta abierta a la posibilidad de comprar más bonos del Tesoro, de los que se ha comprometido a adquirir por 600.000 millones de dólares (casi 452.000 millones de euros). En una entrevista en el programa 60 minutos de la cadena CBS que ayer recogían los medios económicos de EE.??UU., Bernanke dijo que es «ciertamente posible» ampliar el controvertido programa de compra de bonos que anunció en noviembre. No obstante, recalcó que esta hipotética ampliación depende de la eficacia del plan de la Reserva Federal, de la tasa de inflación y del estado de la economía estadounidense. Bernanke rechazó de plano las críticas a su plan, procedentes en su mayoría de Europa por provocar un alza de inflación.