Martín quiso hacer un ejercicio de «transparencia». Frente a los intentos del secretario de la junta de parar algunas preguntas incómodas, el presidente de la inmobiliaria optó por dar respuesta a todas, porque «no quiero que nadie pueda alegar que hay falta de información en esta compañía». Aunque no escapó de ningún tema, sobre el que pasó más de puntillas fue sobre su implicación en el caso Gürtel, después de que el juez Antonio Pedreira lo imputase como autor de un presunto delito de blanqueo de capitales y cohecho y de que la policía lo acusase, en un informe, de entregar 12,8 millones a Francisco Correa a cambio de concesiones. Ayer, Martín aseguró que «la Justicia solo encontrará en la empresa y en mi persona plena colaboración para demostrar que la adjudicación se hizo en el marco de un concurso público caracterizado por su transparencia».
Un grupo de accionistas críticos con su gestión (dos de ellos votaron en contra o se abstuvieron en todos los acuerdos) denunciaron que Martín elimina de los estatutos un artículo que lo obligaría a poner su cargo a disposición del consejo en caso de que se abriera juicio oral, una decisión que se tomó apenas 15 días antes de su imputación y que contraviene el código de buen gobierno dictado por la CNMV.