Sin una dirección fuerte ni futuro viable, la CAM, presente en más de 60 firmas inmobiliarias, ha acabado nacionalizada
24 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La solución final para la CAM estaba vista, aunque quizá ha pillado por sorpresa el momento.
El Banco de España esperaba el momento propicio para la intervención. Las tres cajas que tenían previsto salir a Bolsa en julio ya lo han hecho (aunque sea con pérdidas y recortes previos de su valor). La crisis de deuda se ha encauzado por ahora. Los test de estrés han quedado atrás. Y los planes de recapitalización de las entidades financieras están ya listos.
Al supervisor, en ese panorama, le quedaba encajar la compleja pieza de la CAM. Compleja sobre todo por su tamaño, similar a Novacaixagalicia por activos y número de oficinas. Pero también por los tiempos: la solución para la CAM no se podía demorar y las dudas sobre su viabilidad estaban haciendo daño al conjunto de la banca española, como admitían en privado varias entidades. Alguna llegó a estudiar las cuentas de la entidad para optar a su compra hace dos meses y estimaba que toda la operación no saldría por menos de 6.000 millones de euros. Por lo pronto, el Estado desembolsará 5.800 millones para realizar una inyección de capital (2.800) y dotar de un crédito (otros 3.000) con el que cubrir una posible fuga de depósitos.
La historia de la CAM es la de un ascenso vertiginoso, sin comparación entre las cajas; llegó a ser la cuarta del sector antes de este proceso de bancarización. En el 2002 su activo apenas superaba los 22.000 millones de euros; cinco años después era más del doble, 48.000; y en el 2008, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, triplicaba la primera cifra: 75.000 millones.
La tumba a sus más de 130 años de historia ha sido eso, el ladrillo. En su memoria anual figura que participa en más de 60 empresas inmobiliarias, con ramificaciones en México y una fuerte presencia internacional (Miami, Shanghái, Casablanca, Santo Domingo...) Un 36?% de su crédito se reparte entre promotores, constructores y viviendas que se han tenido que adjudicar. Ha participado en macrourbanizaciones por todo el centro y Levante, sus principales áreas en este negocio. Y es socio de cuestionados proyectos como Terra Mítica, auspiciado por la Generalitat Valenciana, cuya influencia ha sido determinante. Sus negocios con el sector público suman más de 1.000 millones.
Todo ello conforma el lastre de un barco sin timón preciso en los últimos meses. El consejo estaba dividido tras la salida de su histórico director general y el fracaso de la alianza de Banco Base. Las disputas con Cajastur por liderar ese SIP (la CAM aportaba el doble de activos, pero estaba peor) la convirtieron en una novia nada apetecible. Antes se intentó con su vecina Bancaja, pero los localismos lo impidieron; luego, con la vizcaína BBK, y no cuajó; después llegó Banco Base. Y a última hora se intentó con la aragonesa Ibercaja. El único socio será ya el FROB, es decir, el Estado, a la espera de que se venda.
análisis tercera caja intervenida en la crisis