El enroque solo tendrá solución si se convoca una junta de accionistas, aunque en Repsol estudian otro tipo de medidas.
27 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El tenso consejo que se aventuraba en Repsol cumplió con el guion. Luis del Rivero, hasta la semana pasada presidente de Sacyr, acudía a la cita de la petrolera como vicepresidente de la misma, aunque antes del consejo la propia constructora había informado a Repsol de que «Luis del Rivero ha dejado de
representar a Sacyr Vallehermoso en el consejo de administración de Repsol YPF, y carece de cualquier tipo de poderes o facultades para actuar en nombre de Sacyr Vallehermoso». Algo lógico tras su salida de la constructora y su relevo por Manuel Manrique, antiguo colaborador del empresario murciano.
El aviso era claro, pero Del Rivero no se dio por aludido. Ante su negativa, según se detalla en un comunicado remitido ayer a la CNMV, la cúpula de Repsol optó por destituirlo como vicepresidente y miembro de su comisión delegada, contando previamente con un informe de la comisión de nombramientos. Pero a pesar de despojarle de todos los cargos, Del Rivero se niega a salir argumentando que su puesto en el consejo es a título particular, no como miembro de Sacyr.
Solución al enroque
El enroque solo tendrá solución si se convoca una junta de accionistas, aunque en Repsol estudian otro tipo de medidas. Por lo pronto, en la cita de ayer se instó al empresario «al cumplimiento del artículo 16 del reglamento, que obliga a los consejeros dominicales a poner su cargo a disposición del consejo y, si este lo considera conveniente, a formalizar la correspondiente dimisión, cuando desaparezcan las razones por las que fueron nombrados». Y motivos hay, en tanto que la empresa a la que representaba ya no lo quiere.
El puesto de vicepresidente en la petrolera lo ocupará ahora Juan Abelló, uno de los que forzaron la destitución del presidente de Sacyr. En el aire sigue, con todo este ruido, la alianza de Del Rivero con la mexicana Pemex para hacerse con el control de Repsol, sindicando su participación hasta sumar casi un 30 %, lo justo para no lanzar una opa.