Italia afronta su plan de choque en una nueva era sin Silvio Berlusconi

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

Mario Monti continuaba anoche sus contactos para perfilar el nuevo Gobierno de técnicos

13 nov 2011 . Actualizado a las 14:41 h.

El telón ha caído finalmente sobre Silvio Berlusconi. Pasadas las nueve y media de la noche de ayer, el ya ex primer ministro italiano presentó su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, en el palacio del Quirinal de Roma, literalmente rodeado por una multitud que aguardaba entre cánticos y abucheos su salida de la vida política italiana. No han sido ni las urnas ni los tribunales los que han forzado su renuncia, sino la Unión Europea y los mercados financieros, que han obligado a Italia a cambiar de rumbo y a afrontar con seriedad las medidas necesarias para salir de la crisis.

Tal como se preveía, la ley de estabilidad económica, pactada con la UE y que prevé severos recortes en el gasto estatal, pasó pocas horas antes sin problemas en la Cámara de Diputados. El Partido Democrático (la oposición de centroizquierda) no participó en la votación, pero los escaños del Pueblo de la Libertad (PdL, el partido de Berlusconi), los nacionalistas de la Liga Norte, los conservadores de Futuro y Libertad y los centristas de UDC, fueron suficientes para sacar adelante los recortes.

Con toda probabilidad el sucesor de Berlusconi será el excomisario europeo Mario Monti, quien continuaba anoche sus contactos para perfilar el nuevo Gobierno. Berlusconi pretendía forzar a Monti a incluir en el Ejecutivo a su mano derecha, Gianni Letta, subsecretario de la Presidencia, lo que choca con el deseo del excomisario de formar un Gobierno de técnicos en el que, según varios medios italianos, solo habría un político: Giuliano Amato, ex primer ministro, que ocuparía la cartera de Exteriores.

Por su parte, el líder de la Liga Norte y socio de Berlusconi, Umberto Bossi pidió la convocatoria de elecciones y anunció que no apoyará a Monti. Ante la posibilidad de una ruptura con Il Cavaliere, Bossi respondió con un inquietante «veremos».