«La dictadura de la deuda impide usar correctamente los recursos»

La Voz

ECONOMÍA

Stiglitz cree que Europa debería alentar la quiebra controlada de Grecia

25 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Stiglitz fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial, y cuenta que desde ese cargo, a finales de los noventa, pudo advertir los «devastadores efectos» que la globalización podría tener sobre el desarrollo económico. Desde que estalló la crisis financiera ha visitado una veintena de países en los cinco continentes, y asegura que ha encontrado pocos ejemplos de políticas económicas correctas («solo en Australia, y tal vez en China, aunque con todo el déficit democrático que arrastra»)

-Usted sostiene que el PIB no es un indicador de éxito. ¿Qué estadísticas mira cuando visita un país que no conoce?

-Su renta media, sus indicadores de desigualdad, los aspectos medioambientales, la deuda...

-Los economistas son científicos sin laboratorio, que no pueden probar sus hipótesis salvo si la realidad las confirma. ¿En qué momento se dio usted cuenta de que la realidad estaba dando la razón a sus teorías, y que esto era el primer gran crac de la globalización?

-No fue un solo acontecimiento, sino varios. En el 2005 y el 2006 predijimos que había una enorme burbuja y que cuanto más tardara en explotar, peores serían las consecuencias. Cuando explotó en el 2007, dije que las consecuencias serían muy serias, pero tipos como Ben Bernanke [presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos], que primero habían defendido que no existía tal burbuja, afirmaron entonces que los efectos de su estallido serían limitados. Mis investigaciones ya decían que no era así. La recesión empezó en diciembre del 2007, y yo pensé que sería aún peor. Lo fue. Y cuando Bear Sterns cayó en marzo del 2008, dije que no era el final. Lehman?s quebró unos meses después, y advertí de que habría cosas aún peores, que la recesión sería larga y profunda y que si no rectificábamos, no nos recuperaríamos. No fue un solo momento, sino un proceso el que me llevó a darme cuenta de que mis hipótesis eran acertadas.

-¿Pero qué sintió en ese momento? Dijo «Guau, ¿lo veis?, yo estaba en lo cierto», o fue más bien un «Dios mío, preparaos, yo estaba en lo cierto: llevo años diciendo que la mano invisible del mercado no existe, que los mercados financieros desregulados no son eficaces y que a la larga provocan inestabilidad, desequilibrios e injusticia social».

-Como científico siempre deseas que tus teorías sean ciertas, tienes que creer en ellas. Pero necesitas estar preparado para cambiarlas. Una de mis preocupaciones es que muchos profesionales de la economía no actúan como científicos, sino como ideólogos.

-Los ajustes para permitir a los Estados devolver su deuda, ¿no están suponiendo un trasvase de recursos desde las clases populares a los grandes tenedores de deuda? No se lo pregunto solo por una cuestión moral, sino porque usted sostiene que restar capacidad de gasto a las rentas bajas frena el crecimiento

-El error fundamental de todo esto es que las estructura de la economía se sostienen en los recursos: en los recursos humanos, en los recursos de capital y en los recursos naturales. Y esta dictadura de la deuda impide que empleemos correctamente los recursos. Y todo eso causa mucho sufrimiento. Debemos saber que todos perdemos si no empleamos correctamente los recursos.

-Su vecino Paul Samuelson, que también es natural de Gary y que ganó el Nobel de Economía en 1970, definía esa disciplina precisamente como la ciencia que estudia cómo los humanos emplean recursos escasos para crear bienes y distribuirlos luego entre los humanos. ¿Cree que esa definición clásica ha cambiado con esta crisis?

-El problema es que no estamos usando esos recursos. Y no podemos permitírnoslo por ese miedo a la deuda. En países como Grecia tiene que haber una reestructuración. Los europeos deberían estar animando a Grecia a hacer esa reestructuración, porque saben que sin ella no podrán crecer, y sin crecimiento habrá un enorme sufrimiento.

-¿Corremos el riesgo en Europa de acabar siendo la zona cero de esta crisis de la globalización?

-Quiero enfatizar que no es un problema de la globalización, sino de cómo la gestionamos. De no poner los intereses de los banqueros por encima de los de la gente normal, sino de pensar más en cómo crear una sociedad más igualitaria y una economía más fuerte.