«Es difícil poner la frontera entre piratería y terrorismo en el mar»

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Plantea una solución internacional en el Índico bajo Naciones Unidas

16 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El intento de ataque al buque español Patiño, protagonizado la pasada semana por piratas somalíes, ha puesto una vez más de manifiesto la necesidad de protección para los pesqueros que faenan en aguas del Índico. José Manuel Sobrino Heredia, catedrático de Derecho Internacional Público y presidente de la Asociación Española de Derecho Internacional, considera que ha llegado el momento de que los países más próximos con intereses en la zona, como China o la India, tomen el relevo de Europa en las labores de defensa.

-El ataque al buque «Patiño», fue un error de objetivo?

-El último suceso lo calificaría como un mero incidente. No sé si ha sido un error por parte de bandidos o piratas somalíes o si simplemente fue una acción de hostigamiento contra la presencia de militares navales.

-¿Cuál es el grado de riesgo en aguas del Índico? ¿Ha disminuido con la presencia militar?

-En el momento en que las fuerzas militares o la seguridad privada dejen de estar en la zona o a bordo de los barcos, el problema volverá con mayor intensidad. La milicia de Al Qaida impide que se suministren alimentos a la propia población somalí. Es un situación coyuntural compleja que no deja adivinar una solución a corto plazo.

-¿Es impensable una solución al conflicto que no pase por una presencia militar en la zona?

-Desde el año 2007 se vienen reproduciendo los ataques de los piratas de la costa de Somalia en el océano Índico. Sin duda, la presencia de fuerzas internacionales aeronavales ha producido una disminución de la piratería y el robo armado en el mar, al tiempo que la presencia armada en pesqueros y mercantes ha supuesto una disminución del número de ataques. Pero disminución no significa desaparición.

-¿Durante cuánto tiempo más se podrá prolongar la operación Atalanta?

-En una época de crisis como la actual, mantener una fuerza de seguridad desplazada de forma perpetua es inviable, y esto ocurre cuando la situación interna se ha agravado en Somalia. Europa no va a estar en condiciones de mantener la operación Atalanta y ha llegado el momento de una solución internacional en el marco de Naciones Unidas, pero con la necesaria incorporación de las potencias emergentes de la región, como la India, China y otros países de Asia con intereses en el tráfico marítimo comercial en la zona. Sería interesante incrementar su presencia, siempre bajo el paraguas legal de las resoluciones del Consejo de Seguridad.

-¿Quién coordinaría esa fuerza internacional?

-Ya existen organismos en la región que velan por la coordinación de las distintas fuerzas nacionales e internacionales que están actuando en la zona. Sería necesario que la presencia militar de Europa, que está actuando en aguas muy lejanas, sea sustituida por la de otros países que tienen su infraestructura de defensa mucho más próxima, como es el caso de China o la India.

-¿Existe una vinculación directa entre estas acciones piratas y grupos terroristas?

-La piratería internacional en su máxima expresión de violencia se produce donde los Estados son más débiles o en Estados fallidos como es este caso. En Somalia, una parte importante de la población que vivía en la costa y se dedicaba a la pesca o a lo que pudiera, ha visto que la actividad delictiva en el mar es rentable. Así ha surgido una infraestructura delictiva organizada que no tiene por qué responder a intereses de tipo político o religioso. ¿Que de esa red se aprovechan grupos movidos por intereses políticos? Sin duda, ese dinero acaba llegando a grupos terroristas, pero fundamentalmente lo que financia la piratería es una red clientelar de crimen organizado.

-Si está clara esta vinculación, ¿el derecho internacional permitiría juzgar a un pirata somalí como a un terrorista?

-En el ámbito de la violencia en el mar es muy difícil poner fronteras entre el propósito de lucro de la piratería y el terrorismo. Desde el derecho internacional se persigue el delito si se trata de lucro, pero si los propósitos son públicos, de ámbito político, ideológico, religioso, ya entran en otro capítulo, de ahí que se haya hablado de que sería necesario buscar procedimientos jurídicos de prevención, que den una definición mas amplia de piratería y permitan perseguir la piratería que se ejerce con fines políticos.

-¿Qué obstáculos encuentra el Derecho Internacional a la hora de combatir la piratería?

-El principal problema es que el concepto actual de piratería según el Derecho Internacional no cubre la mayoría de los actos que se producen. La legislación se refiere a actos ilegales que se producen en alta mar, y hoy en día entre el 80 y el 90 % de los ataques tienen lugar en aguas interiores y en mares territoriales de países ribereños, fundamentalmente Estados desestructurados, pobres y fallidos, como Somalia.

-¿Qué pasa con los detenidos?

-La mayoría de los detenidos hasta ahora han sido puestos en libertad. Resulta complicado probar que estaban actuando de forma delictiva. El problema es que no hay infraestructura en la región para juzgarlos, ni tampoco para pasar la condena. ¿Qué se hace entonces? A la mayor parte se les quitan las armas y se les deja en tierra.