El atasco del rescate griego eleva el riesgo a 380 puntos y el regreso de los especuladores hunde las cotizaciones de la banca en la Bolsa
17 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La relativa calma de la que parecía disfrutar España en los mercados de deuda durante las últimas semanas se resquebrajó ayer. Apenas unos días después de que el Gobierno diera luz verde a la reforma laboral y justo el día en el que salía adelante en el Congreso la financiera, la prima de riesgo patria -el sobreprecio que exigen los inversores a España para prestarle financiación en lugar de confiar su dinero a la segura Alemania- escalaba durante las primeras horas de la jornada hasta las inmediaciones de los 380 puntos. Un tirón que, además, ha recortado sensiblemente la distancia que nos separaba de Italia, a quien se le supone peor colocada en la funesta lista de candidatos a morder el polvo.
Al final de la sesión, la brecha entre los bonos españoles a diez años y sus homólogos alemanes ascendía a 343 puntos básicos, mientras que en el caso de los italianos era de 376 (en los peores momentos del día llegó a estar por encima de los 400).
La razón: las muchas dudas que se ciernen sobre el segundo rescate griego. Paralizado, a la espera de que el Gobierno heleno consiga convencer a sus socios de que, esta vez sí llevarán del papel a la práctica todo lo prometido. Independientemente de quién resulte ganador en los comicios de abril.
En nada favorecen a España el resurgir de los temores a la quiebra griega y el contagio a otras economías de la periferia, incluida la nuestra. Ante tamaña losa, todas las reformas quedan eclipsadas.
El miedo se palpó también ayer en la subasta del Tesoro, que si bien consiguió cubrir sus objetivos de largo, tuvo que pagar más para colocar los bonos, rompiendo así una racha de seis subastas consecutivas, en las que había conseguido abaratar los costes de financiación.
Vuelven las ventas a corto
Tampoco fue un buen día para la Bolsa, lastrada por la decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de levantar la prohibición que pesaba desde agosto sobre las ventas a corto en valores del sector financiero. A saber: un inversor pide acciones prestadas de una empresa, las vende de golpe para hacer bajar su cotización y, cuando el precio ha caído, las recompra para devolverlas y embolsarse la diferencia.
Pues bien, el primer día de apertura de la veda, el mercado estuvo repleto de cazadores. Si a la avidez de los especuladores, tras meses de obligada abstinencia, se le suma la decisión de una agencia de calificación -Moody?s, para más señas- de poner en cuarentena a más de un centenar de bancos europeos, entre ellos 21 españoles, la escabechina estaba asegurada.
Ni un solo valor financiero de los que cotizan en el Ibex se salvó de la quema. La peor parte se la llevó Bankia, que retrocedió un 7,28 %. Le sigue Caixabank (-6,22 %), Popular (-6,18 %), Sabadell (-5,97 %), BBVA (-4,09 %), Bankinter (-3,31 %) y Santander (-2,56 %). En conjunto, el valor de los grandes bancos españoles se redujo ayer en más de 5.400 millones de euros.
Con ese lastre, el Ibex 35 despidió las sesión con un recorte del 2,1 %.
5.400
Millones de euros
Es la pérdida de capitalización (valor de mercado) que sufrieron ayer los grandes bancos.