El Gobierno aparca el coche eléctrico, al que Sebastián destinó 300 millones de euros
ECONOMÍA
Reduce en un 80 % las ayudas a la compra y sopesa suspender su apoyo industrial
06 mar 2012 . Actualizado a las 00:55 h.El ministro de Industria, José Manuel Soria, llevaba un tiempo preparando el terreno de los recortes presupuestarios en la industria del automóvil, y el coche eléctrico se ha llevado el primer tijeretazo. «No tiene, ni de lejos, la demanda esperada, porque no está en precio de mercado», dijo a finales de enero. Solo un mes más tarde, el vehículo enchufable ha perdido el 80 % de las ayudas que el Gobierno destinaba a su compra (72 millones consignados por el anterior Ejecutivo para esta partida en el 2011, con un máximo de 6.000 euros por automóvil).
El departamento de dirige José Manuel Soria justifica el recorte por la evolución de la demanda de coches eléctricos y las medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y los objetivos de déficit público. En su argumentación, las cifras le acompañan.
La venta de vehículos eléctricos en España al cierre del 2011 ha ido mucho peor de lo que se esperaba. Ni siquiera se ha llegado a las 300 unidades (38 en toda la comunidad gallega, la mayoría adquiridos por Administraciones) cuando las previsiones apuntaban a superar las 12.000. Los motivos son sobre todo el precio, las dificultades que plantea la recarga de la batería y la desinformación sobre las ventajas de este tipo de vehículos.
Lo preocupante para el sector es que este volumen de ventas tan escaso se produjo en plena apoteosis de subvenciones. Pese a los recortes presupuestarios, el anterior Gobierno movilizó 140 millones de euros en el trienio 2009-2011 en un amplio plan de apoyo a la electromovilidad, que abarcaba desde ayudas a la compra al despliegue de redes de recarga.
Visión fallida
A esta cantidad se sumaron 154 millones de euros más comprometidos en 27 planes de empresa que planteaban objetivos similares. El entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián, llegó a visualizar más de un millón de vehículos híbridos y eléctricos circulando por las carreteras españolas en el 2014. Pero sus pronósticos se diluyeron en una crisis que ha desplomado las ventas de coches a niveles sin precedentes.
La comunidad gallega tampoco se quedó corta en ayudas. En el último año ha destinado más de 6 millones de euros: 2,4 millones cofinanciados con fondos europeos, para la puesta en marcha de estaciones pioneras de electromovilidad, 2,8 millones más de respaldo a la industria para el desarrollo de apoyos innovadores, a los que hay que sumar 3 millones de euros para la producción de las furgonetas eléctricas Peugeot Partner Galicia y Citroën Berlingo Galicia en la planta del grupo PSA en Vigo.
Pese a este esfuerzo, todo indica que el coche eléctrico se desinfla como una más de las muchas burbujas pinchadas por esta crisis, de incidencia especialmente dañina en el sector del motor. La propia industria del automóvil, pese a tener en marcha proyectos favorecidos con ayudas públicas, no se cree las esperanzas depositadas en el vehículo movido por baterías, presentado por las autoridades de medio mundo como la solución limpia al transporte. El sector coincide en que el e-coche será minoritario en el mercado en los próximos 15 o 20 años. Los híbridos (que combinan batería y combustión) aparecen como una vía menos ambiciosa, pero más realista.