La campaña del calamar en aguas de las Malvinas, consideradas uno de los mejores caladeros mundiales de dicha especie, está siendo particularmente buena. Los armadores prefieren no aventurarse a dar cifras concretas, aunque sí afirman que van a superarse «con creces» las 45.000 toneladas de media que se capturan en la zona por campaña. Semejante número da idea de la revolución que podría suponer disponer de un lector fiel de tamaños lo suficientemente rápido, porque lo que no les valdría por ineficaz sería hacer mil radiografías a la hora.
Curiosamente, la citada abundancia de capturas está representando un problema para los empresarios gallegos que faenan en el caladero bajo bandera malvinense, cerca de una veintena. Y es que sigue sin llegar la ansiada solución diplomática al cierre de todos los puertos de Mercosur a buques con dicha enseña. El bloqueo es un daño colateral del 30.º aniversario de la guerra de las Malvinas.
Con tal motivo, los armadores no tienen otra solución que recurrir a los transbordos. «Desde el pasado enero ningún barco con bandera malvinense ha vuelto a descargar en un puerto sudamericano, ni siquiera a atracar para dar descanso al personal o para repostar víveres o combustible», afirma Javier Touza, uno de los armadores vigueses afectados, que no confían en que antes del próximo año cambien las cosas.