Grecia se pasea otra vez por el borde del precipicio. La verdad es que nunca consiguió alejarse lo suficiente de él.
Dice el todavía primer ministro en funciones del país heleno, Lucas Papademos, que o Europa le sigue suministrando oxígeno -dinero procedente del rescate- o no habrá fondos para pagar a funcionarios y pensionistas. Y no dentro de unos meses, sino a principios del que viene.
Lo subraya en un informe que el presidente de la República, Karolos Papulias, presentó a los líderes de los partidos políticos el domingo pasado, informa Efe. La intención, poner blanco sobre negro lo precario de la situación y lo imperioso de la necesidad de que se pongan de acuerdo para formar Gobierno. Porque los socios europeos se niegan a seguir desembolsando el dinero comprometido en el rescate si Grecia no hace los deberes.
Precisamente ayer, el Eurogrupo analizó ampliamente la cuestión. Al parecer, informa Colpisa, los socios estarían dispuestos a modificar algunas exigencias, pero en ningún caso se plantea la posibilidad de empezar a negociar desde cero. Con este panorama, la ecuación es sencilla: recortes o salida de la moneda única.
Adiós al tabú
Y es que ese tabú ya no existe. Tanto es así que en los mercados ya se habla del «Grexit» jugando con el vocablo inglés que señala directamente la salida. La hipótesis tomó fuerza la semana pasada tras los resultados de los comicios, que dejaron un mapa político imposible con una mayoría parlamentaria contraria a los recortes exigidos a cambio del segundo rescate.
Ayer se puso sobre la mesa la formación de un Ejecutivo de notables ajenos a la política, pero no hay nada claro y el pánico reina en los parqués y será difícil desalojarlo de las mesas de operaciones.
En Bruselas, sin embargo, algunos ministros apuntaron que los tratados no contemplan ninguna amputación en el euro. Solo está previsto que un país pueda dejar la Unión Europea, lo que obligaría a Grecia a abandonar ambos bloques y renegociar su entrada salvo que se acordara algún tipo de vía intermedia.
Cábalas sobre un reingreso
La ministra de Finanzas austríaca hasta se imaginó estudiando la candidatura helena para un nuevo ingreso en el club de los Veintiséis . «Lo examinaríamos con mucha más atención que cuando entraron en el euro», avisó María Fekter.