Poco más de la mitad de los consejeros de Novacaixagalicia acuden ahora a las reuniones

r. s. redacción / la voz

ECONOMÍA

03 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La caja gallega tiene ya enfilado su futuro: conversión en una fundación especial bajo el paraguas de la Xunta. Le quedan apenas unos meses de vida con el formato actual, y eso se nota en el consejo de administración, según explican en privado algunos de sus integrantes. Tanto que a las últimas reuniones apenas han acudido la mitad de sus miembros. A la cita del miércoles en A Coruña asistieron 14 de los 22 convocados. No estuvieron para escuchar las explicaciones de José María Castellano sobre la situación de NCG -Novacaixagalicia tiene un 6,7 % de ese banco-, ni para escuchar la lectura de la carta de dimisión de Salvador Fernández Moreda. La marcha de los dos copresidentes, Julio Fernández Gayoso y Mauro Varela, ha desinflado más ese órgano.

Esa falta de asistencia tiene también otra explicación: desde el 1 de junio la Xunta -que mantiene la caja bajo su tutela- ha prohibido que los consejeros cobren dietas por asistir a los consejos. ¿Es mucho dinero? Alrededor de 600.000 euros anuales que se repartían esos 22 miembros, según las cuentas del 2010 y de la mitad del 2011. A 27.000 euros de media por miembro del consejo de una entidad que desde octubre del año pasado solo gestiona obra social y tiene apenas 300 empleados.

Cambio de gerente

La reunión del miércoles sirvió también para dar luz verde al nombramiento de Pedro Otero (procedente de Caixa Galicia) como nuevo gerente. Sustituye a Guillermo Brea (de Caixanova), cuya jubilación ya se anunció el año pasado. Además, se dio cuenta de que entre enero y junio se desembolsaron 22 millones en actividades sociales y culturales.