El presidente del BCE reclama a los Gobiernos medidas contundentes para que la compra de deuda dé sus frutos
26 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Después de aguantar el chaparrón de críticas procedentes de Alemania por su programa de compra de deuda soberana de los países en crisis, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, decidió tomar el toro por los cuernos y dar la cara ante los empresarios alemanes en Berlín a la espera de poder hacerlo ante el comité presupuestario del Bundestag (Parlamento alemán).
En su opinión «el mayor riesgo no es actuar, sino no hacer nada. La alternativa hubiera sido un 'nein zu allem' (no a todo)» indicó en alemán en clara alusión a la fuerte oposición alemana personificada en el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, crítico sin descanso del nuevo programa de compra de deuda soberana a manos del BCE, que en su opinión puede crear «adicción como una droga».
Draghi dejó claro durante su comparecencia que las decisiones tomadas en el marco del consejo de gobierno del BCE se enmarcan dentro de su mandato y que no están financiando Estados como critican, sobre todo, desde el Bundesbank.
«Estamos comprometidos con nuestro mandato, que es la estabilidad monetaria», volvió a repetir. «Ningún Gobierno será financiado. Incluso aunque se pongan en marcha los mecanismos acordados, solo se actuaría en los mercados secundarios. El BCE no comprará bonos directamente a los Estados», indicó el economista italiano durante el Día de la Industria Alemana en el que también participó la canciller alemana, Angela Merkel.
«No les defraudaremos», agregó. Sin embargo, el ministro de Economía alemán, Philipp Rösler, no lo tiene tan claro y se mostró escéptico ante el programa de compra de deuda. «Puede que no sea un problema ahora, pero puede ser un peligro a medio plazo», recalcó durante su comparecencia en el mismo acto.
En el buen camino
Draghi aprovechó también la ocasión para destacar que la eurozona está en el buen camino. «Hace progresos y los inversores lo reconocen», afirmó convencido de que la zona euro conseguirá salir de la crisis en la que se encuentra sumida, «siempre y cuando los políticos hagan las reformas necesarias», algo en lo que también se mostró de acuerdo Angela Merkel. No obstante, la canciller alertó de los problemas que ocasionaría poner en marcha soluciones rápidas a la crisis, como una mutualización de la deuda europea (los famosos eurobonos) que, en su opinión, «llevarían a Europa por los mismos caminos que produjeron la crisis».
Draghi aprovechó su visita a Berlín para reunirse con Merkel y hablar de la crisis. Los dos se mostraron de acuerdo en la necesidad de seguir haciendo reformas.