Mientras el Gobierno gallego destaca la normalidad con la que discurre el concurso eólico, tanto en lo que a tramitaciones o a la generación de puestos de trabajo se refiere, desde el sector se ofrece una visión muy distinta, donde las empresas vislumbran un horizonte muy negro por las enormes dificultades de financiación bancaria para promover proyectos -consecuencia directa de la actual crisis económica- y por la reformas emprendidas desde el Gobierno central, donde destaca el fin de las primas a producción de energías renovables y el incremento de la fiscalidad.
Esta es una de las denuncias que ya ha hecho la Asociación Eólica de Galicia (EGA), organización desde la que aseguran que no se dan las condiciones más óptimas para el desarrollo completo de un sector estratégico para la economía gallega.