Los datos que periódicamente muestra el Ministerio de Agricultura revelan que Galicia, siendo la primera comunidad productora de leche del Estado, es el territorio con los peores precios en origen.
Solo aquí se paga a los ganaderos por debajo de 0,30 euros el litro. No ocurre lo mismo ni en Valencia, Cataluña, Cantabria, Asturias, el País Vasco y La Rioja, donde el volumen de leche recogida es mucho menor. Es esta una realidad que se lleva repitiendo en los últimos meses y que genera una creciente desesperación en las explotaciones gallegas. Los bajos precios se producen mientras los costes por mantenimiento (piensos, por ejemplo) se disparan.
¿Por qué se produce esa paradoja? Gran parte de las sospechas se centran en las prácticas de las industrias. Así lo acreditan, al menos, las propias autoridades españolas de Competencia, que el pasado mes de julio abrieron un expediente a nueve compañías por concertar precios y por la existencia de indicios de pactos para acordar abonar por igual a los ganaderos y repartirse el mercado mediante intercambio de información.
Entre las industrias investigadas por estas prácticas prohibidas, según los informes de Competencia, estarían Nestlé, Puleva, Pascual, Danone, Central Lechera y Lactalis, entre otras.