Pescanova pidió a la banca tiempo para refinanciar las filiales

N. bore MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Chile y Argentina, al borde de la quiebra, son el problema más inminente

02 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Con Pescanova en concurso, Pescafina en preconcurso, la filial chilena (Pescachile) al borde de la quiebra y la argentina (Argenova) siguiendo los mismos pasos, la compañía gallega planteó en su reunión con la banca acreedora -según fuentes financieras- formalizar un stand still; es decir, pactar un período de espera por el que los acreedores no requerirían pagos al deudor ni emprenderían acciones legales en su contra mientras se negocia la refinanciación. Esta fórmula buscaría asegurar el acceso a la financiación para las filiales que no están en situación concursal.

Ayer la compañía de Chapela se defendió de las acusaciones de ocultación de pasivo: «La deuda ha estado siempre en la contabilidad de la compañía». Con esta declaración salió al paso de lo que afirmaban fuentes de las entidades acreedoras, que aseguraban que la pasada semana la compañía les facilitó un mapa de deuda -aún no verificado por el autor forense, KPMG- en el que el pasivo superaba el admitido ante el Juzgado de lo Mercantil de Pontevedra (3.000 millones de euros), que lleva el concurso de acreedores de la matriz.

Las mismas fuentes financieras apuntaron que Pescanova explicó las discrepancias en la deuda por dos motivos: el pasivo de filiales que no quedaban dentro del perímetro de consolidación en un principio, y préstamos que «estaban mal contabilizados o que, directamente, no se habían contabilizado».

Pero Pescanova niega la mayor insistiendo en que «los datos de la deuda son conocidos por los bancos acreedores, auditores y la propia CNMV, por ser públicos en el Banco de España a través del Cirbe y por así habérselo trasladado en las diferentes comunicaciones efectuadas con ellos».

En cualquier caso, y hasta que KPMG concluya su trabajo forense -previsiblemente a mediados de este mes- no habrá cifras validadas externamente, mientras que las necesidades de financiación del grupo continúan creciendo.

Mientras, en el accionariado, la desbandada continúa. Según consta en la información registrada en la CNMV, el empresario Juan Abelló, a través de su sicav Arbarin, se deshizo de todo el paquete accionarial que poseía en Pescanova en el primer trimestre del año, en cuanto comenzaron a trascender los graves problemas financieros de la firma.

Antes de que la CNMV suspendiera la cotización de Pescanova, el 12 de marzo, Arbarin vendió el 1,36 % del capital que poseía, valorado en 1,45 millones de euros. La de la pesquera no fue la única desinversión de Abelló en el primer trimestre, ya que también deshizo sus posiciones en Ferrovial y BME.