El Banco de España dio un sí a la fusión de las cajas tras 3 auditorías

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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La visita del gobernador. El 26 de enero del 2010 Fernández Ordóñez, que en ese momento era el gobernador del Banco de España, reveló en Vigo que las fusiones frías eran en realidad procesos irreversibles. Tiró así abajo las tesis defendidas por Fernández Gayoso. m. moralejo< / span>

La dureza que ejercía el supervisor sobre Caixa Galicia se constató en el asiento de fusión

20 jun 2013 . Actualizado a las 14:32 h.

La fusión de las cajas gallegas culminó el 1 de diciembre del 2010 después de haber sido plenamente respaldada por informes de tres auditoras (KPMG, Deloitte y PriceWatterhouseCoopers), el Banco de España, el Ministerio de Economía y Bruselas. La documentación está a disposición de los diputados gallegos, que solo pueden acceder a ella en la Sala del Estatuto. Un total de 34 cajas (14 con documentos reservados) están rotuladas con índices especificativos. Hoy, el PSOE gallego, como ocurrió entre el 2008 y el 2013, mantiene sus críticas a la unión de las entidades por oposición directa al PP de Feijoo, mientras que los diputados nacionalistas continúan con la coherencia de su reivindicación: una entidad gallega (mejor pública) para Galicia.

Requerimientos en tres cartas

Tres cartas remitidas o recibidas por el Banco de España y datadas el 16 de enero del 2009, el 14 de julio de ese mismo año y el 9 de diciembre del 2010 revelan que las necesidades de las dos entidades les obligaban a buscar alianzas. A Caixanova, que en ese momento ya dispone de dos informes de AFI y Deloitte respaldando su unión con entidades de fuera de la comunidad, el Banco de España le obliga a reclasificar el 79 % de 211 créditos revisados y se le advierte que «el riesgo crediticio inmobiliario es de una calidad por debajo de lo normal». Se le advierte también que en las refinanciaciones a promotores inmobiliarios con problemas de liquidez «se incluye la financiación de intereses en casos en los que es dudosa la viabilidad de dichas operaciones». La operativa de la entidad que dirige Fernández Gayoso es, según el Banco de España, la siguiente: refinancia las operaciones y su riesgo lo sigue considerando «normal», al tiempo que incluye en las refinanciaciones los intereses, que luego computa como ingreso en sus beneficios.

El comité de activos y pasivos no recoge en el acta las decisiones que adopta, e incluso carece de esos documentos desde el mes de agosto a diciembre del 2008. Y, por lo que respecta los riesgos crediticios de la sucursal de Miami, denuncia que no están homogeneizados ni contable ni valorativamente la normativa española.

El 8 de octubre del 2008 desde el Banco de España se remite una carta a Mauro Varela, presidente en ese momento de la caja que contradecía los planes del gobernador Fernández Ordóñez. En ella se hacen seis requerimientos. Le ordenan la reclasificación de 175 créditos, le advierten que las provisiones específicas eran insuficientes y dice que «el elevado crecimiento de la inversión crediticia experimentado en los últimos años le ha obligado a una creciente apelación a la financiación en los mercados mayoristas», que en la práctica se considera desmesurada.

Con Caixa Galicia impulsando la fusión con Caixanova, contradiciendo así los planes del supervisor y del Gobierno del PSOE, surge el informe de viabilidad de la fusión. Se le encarga a KPMG y giran en cinco puntos: las sinergias de 120 millones anuales, los ajustes tras el cierre del 20 % de las oficinas y del 17 % de la plantilla; la recepción por parte del FROB de 1.191 millones para la recapitalización; el saneamiento de activos inmobiliarios a través de provisiones mayores a las que se solicitaron en ese momento, y la recuperación de la economía que se estimaba para el 2012. Considera la auditora que se alcanzarían así los criterios de capital, eficacia, solvencia y rentabilidad que se exigían.

La viabilidad de la fusión fue avalada por las que hicieron las auditoras de las cajas (Deloitte y PWC), y que dieron pie a que el Banco de España y Bruselas aceptasen la fusión. Justo después se constata un cambio de criterio de Fernández Ordóñez. En el asiento de fusión Caixanova tuvo que sanear 70 millones más de lo previsto en el plan de integración, mientras que Caixa Galicia saneó 392 menos (ver cuadro adjunto). Esas diferencias revelan la presión a la que se había sometido a la dirección de Caixa Galicia para que cesaran en su intento de la unión intrarregional, y que optase por las fusiones frías.