Competencia acosa a las petroleras y busca un chivato que denuncie pactos

Por segunda vez en dos meses, inspectores de la Dirección de Investigación de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) han registrado las sedes de varias compañías petrolíferas en España en busca de documentación que demuestre que pactan los precios de venta al público de los combustibles de automoción y también las condiciones comerciales en la distribución de carburantes. Ambas prácticas contrarían la Ley de Defensa de la Competencia y son castigadas con multas millonarias equivalentes al 10 % del volumen de negocios total de las empresas infractoras en el ejercicio anterior al de la sanción. Pero nunca se ha podido demostrar que las petroleras actúan de ese modo coordinado. Aunque ahora Competencia parece haber emprendido una ofensiva sin descanso contra los amos del sector de los hidrocarburos. «La investigación de los carteles supone una de las prioridades de actuación de la CNC, dada la especial gravedad de sus consecuencias sobre los consumidores», recordó el organismo público.

Como ocurrió en el primer registro, efectuado el 29 de mayo, la comisión no ha facilitado los nombres de las operadoras. Lo hará cuando decida, en función de las pruebas halladas, si ha lugar un expediente sancionador.

Dos días de inspecciones

Competencia informó de que la última tanda de registros se efectuó el lunes y martes pasados. Estos datos escuetos figuran en una nota en la que la comisión recuerda que su facultad de inspección se ha visto reforzada en la Ley de Defensa de la Competencia. La norma introduce el llamado programa de clemencia por el que la empresa que forma parte de un cartel y aporta elementos de prueba que posibilitan la detección o la comprobación de la existencia de dicho cartel puede beneficiarse de la exención del pago de la multa o, en su caso, de una considerable reducción del importe de la multa que pudiera corresponderle por su participación en el cartel. O sea, que Competencia busca un topo que ayude a demostrar las prácticas anticompetitivas.

Los nuevos registros de las petroleras coinciden casi con el último informe de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), que volvió a poner de manifiesto la existencia de movimientos coordinados de precios y habló por primera vez del efecto viernes, según el cual los carburantes bajan ese antepenúltimo día de la semana, pero suben de forma abrupta jueves y sábados. Ese efecto comenzó cuando la principal petrolera del país, Repsol, decidió tirar la casa por la venta los viernes de julio y agosto y abaratar los combustibles ese día. Esa estrategia comercial se ha contagiado al resto de operadoras, según la CNE.

Efecto lunes

En su último informe, la comisión constata que en junio se volvió a reproducir el efecto lunes. Este fenómeno, aparecido en el último trimestre del 2012, fue el detonante de las investigaciones llevadas a cabo por Competencia y CNE para comprobar que es reflejo de los pactos de precios entre operadoras.

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