El intervencionismo del gobierno en el sector de los hidrocarburos
26 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El Gobierno no va a volver a intervenir para evitar más subidas del recibo de la luz. Podría hacerlo congelando o bajando los peajes de acceso, que determinan aproximadamente la mitad de la factura. Pero no volverá a tocarlos, ni para bien ni para mal, se revisarán automáticamente ellos solitos en cuanto se genere déficit de tarifa a partir del 2014. El recibo también variará en función del resultado de una subasta entre las empresas productoras y comercializadoras para fijar el coste de la energía. Soria se lava las manos y deja a su suerte a los clientes de las eléctricas, pero no lo hizo cuando el precio de los carburantes de automoción tocaron máximos históricos, hace justo un año. Entonces, la alarma entre los consumidores provocó la intervención de Soria. Y funcionó.
La negociación
Reunión con las petroleras y reforma de la ley de hidrocarburos
El sector de hidrocarburos está liberalizado. Al menos en teoría. Los precios de gasolina y gasoil no los marca ninguna empresa, sino que se fijan en función de cotizaciones internacionales del petróleo y de los impuestos, fundamentalmente. Pero Soria pareció sospechar que intervenían más factores subjetivos cuando en septiembre del año pasado convocó a los mandamases de las principales petroleras del país para pedirles piedad con los consumidores. El encuentro se precipitó después de que los carburantes alcanzasen cumbres nunca exploradas: el litro de gasolina llegó a costar 1,52, y el de gasoil, 1,43. Cierto es que estos máximos coincidieron con la subida del IVA, pero, tras la reunión, los precios empezaron a desinflarse paulatinamente durante el último trimestre del año. En la actualidad, el litro de gasolina es un 3,2 % más barato que en septiembre del 2012 y el de gasoil, un 2,4 %. Además de hablar, José Manuel Soria actuó. A finales de febrero, el Consejo de Ministros aprobó una reforma de la Ley de Hidrocarburos para impulsar una liberalización más real del sector. Entre las medidas más destacadas se encuentran la imposición de un límite a la cuota de mercado por provincia que puede copar una misma compañía y a la duración de los contratos en exclusiva de suministro y conceder más facilidades burocráticas para abrir estaciones de servicio en grandes centros comerciales y polígonos industriales.
La presión de los vigías
Investigaciones abiertas a las petroleras
La labor disuasoria del ministro se ha visto apoyada por la presión ejercida por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y de la Competencia (CNC) sobre las petroleras ante sus sospechas de que se ponen de acuerdo para inflar y desinflar los precios. Competencia llegó a registrar hasta en dos ocasiones sedes de las compañías en busca de pruebas. De momento, el expediente no está resuelto. Las empresas podrían ser sancionadas con multas millonarias, pero hay un factor que puede jugar a favor de las petroleras: CNE y CNC desaparecerán este otoño y sus funciones de supervisión serán asumidas por un único órgano, que absorberá también Telecomunicaciones, sobre cuya independencia hay dudas.