Gigantes en quiebra, ¿por qué ahora?

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Zinkia, la productora de Pocoyó, también se tambalea, como Panrico, Fagor o Pescanova; célebres empresas que llegan exhaustas al final de la crisis y sin capacidad de refinanciarse

01 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Demasiada deuda incluso para el avispado Pocoyó. Zinkia, la productora responsable del popular dibujo infantil, recurrió ayer al preconcurso de acreedores, su única salida ante la falta de interés que ha generado la emisión de obligaciones de deuda, por valor de 7,8 millones, con la que pretendía aligerar su asfixiante balance financiero, cuyos número rojos rondan los 10 millones.

La compañía venía arrastrando desde hace meses problemas de tesorería, pero su previsión de ventas de 21,45 millones de euros para este año y de 45,05 millones de euros para el 2015 parecía un aval de peso para renegociar con bancos y acreedores. No ha sido así y Pocoyó, Pato y sus amigos se suman a otras emblemáticas empresas como Panrico, Fagor o la propia Pescanova que, por motivos diferentes, están viendo tambalearse unos cimientos sustentados en deudas millonarias, sin posibilidad de refinanciación.

Lo curioso es que estas compañías célebres, internacionalizadas y de amplia trayectoria, se desmoronan justo cuando la economía española toca fondo y comienza a dar señales de salida de la recesión (crecimiento del PIB del 0,1 % en el último trimestre). Dice la patronal CEOE que el problema de estas grandes empresas es que están «exhaustas» tras aguantar cinco años de crisis.

Economistas y expertos en empresas consultados por La Voz analizan el porqué de estas quiebras en cadena.

El momento

«La recesión es muy dura, las empresas aguantan hasta que no pueden más»

Cinco años de crisis económica profunda han acabado con muchas firmas y han tocado la línea de flotación de otras que seguirán el mismo camino, aunque haya pasado la crisis. Así lo cree Javier Díaz-Jiménez, profesor del IESE Business School. «La recesión es muy dura. Las empresas aguantan hasta que no pueden más y tienen que disolverse. El hecho de que sean grandes firmas o muy emblemáticas, en este caso, no ayuda. Más bien todo lo contrario, prolonga la agonía», explica.

La negación

«Si no se afrontan los problemas, con el tiempo se agravan»

Explican los expertos que a las compañías, en muchos casos multinacionales, que ahora están pasándolo mal les ha pasado lo mismo que a España, los políticos no supieron ver venir la crisis y empezaron a tomar medidas cuando ya era tarde. «Cuando una empresa no afronta los problemas en las primeras etapas y no toma medidas al respecto, la situación se agrava con el tiempo», afirma el profesor Ángel Barajas. Andrés Faíña, catedrático, matiza que «el nombre y el prestigio le permiten a una compañía aguantar más, pero en muchos casos son firmas que ya estaban muy apalancadas», afirma.

Las deudas

«Las condiciones de crédito no han mejorado»

El nombre de una gran empresa suele ser aval suficiente para conseguir crédito. Pero cuando el endeudamiento se prolonga en el tiempo, las puertas de los bancos se cierran. Así lo explica Andrés Faíña, catedrático de Análisis Económico de la Universidade da Coruña: «Las grandes empresas tienen más capacidad de resistencia, pero el colapso de los mercados ha incrementado el coste de la financiación. La deuda es más difícil de renegociar porque las condiciones de crédito no han mejorado. De poco sirve que las previsiones de una compañía sean buenas, como en el caso de Zinkia. «la Ley de Sociedades no mira hacia el futuro. Las cuentas se ven y se analizan en clave de pasado, no importa que una firma vaya a ser rentable dentro de seis años», afirma Díaz-Jiménez.

Las decisiones

«En una situación de crisis aflora la mala gestión»

Que una empresa vaya bien en tiempos de bonanza tiene mérito, pero menos que cuando la situación se torna difícil. Para el profesor Ángel Barajas, «si una empresa se encuentra en una situación general mala, es más fácil que en período de crisis afloren problemas de mala gestión o estrategias de riesgo que conducen a una situación más complicada».

El tamaño

«A mayor capacidad de crecimiento, mayor riesgo»

Dice la CEOE que el 2013 finalizará con más de 9.000 concursos de acreedores en España, la mayoría de pymes, todo un récord desde que entró en vigor la Ley Concursal, en el 2004; y un 25 % más que el año pasado, cuando el número de empresas que se vieron obligadas a echar el cierre en todo el país rondó las 7.000. Pero a pesar de la magnitud de estas cifras, la realidad sorprende de manera especial cuando la crisis toca a una gran empresa, porque también sus consecuencias, desde el punto de vista social y de destrucción de empleo, son más alarmantes. ¿Tienen mayor riesgo de caída las grandes compañías? «No, a no ser que estemos hablando de empresas gacela, que son aquellas que tienen una rápida capacidad de crecimiento y esto las lleva a una situación de mayor riesgo», explica Ángel Barajas, profesor de Economía Financiera de la Universidade de Vigo experto en empresas. «En ocasiones el problema y la gran tentación es que ha habido unas expectativas de crecimiento y de alta rentabilidad que han multiplicado el riesgo, y que no se han visto cumplidas en una situación de crisis económica como la actual», dice.

Los empresarios

«Hay capacidad y competencia, no hay que demonizar»

¿Qué culpa tienen los gestores de la situación de quiebra a la que han llegado sus compañías? Los expertos consultados coinciden en que «no se puede demonizar, hay capacidad y competencia al frente de nuestras empresas». Recuerdan que «En Estados Unidos no se considera que alguien es un buen empresario hasta que no ha reflotado su compañía tres veces».