¿Qué pasa con Gas Natural y los recibos de Fenosa?

ECONOMÍA

Algunas de las facturas que llegan a casa de los consumidores se han ralentizado, por fallos que la compañía achaca al proceso de integración tecnológica

03 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Unión Fenosa para Galicia es «su» compañía eléctrica por excelencia, aunque con esto de la liberalización del mercado (que los consumidores siguen sin saber lo que es) la afirmación puede tener matices. La empresa nació el 23 de noviembre de 1982 tras la fusión de Unión Eléctrica, creada en 1912, y Fuerzas Eléctricas del Noroeste, fundada en A Coruña en 1943 por Pedro Barrié de la Maza. A partir de ahí su capital fue cambiando de manos hasta que hoy se integra en la catalana Gas Natural, con sede en Barcelona.

Esta semana vino desde la Ciudad Condal hasta Galicia Salvador Gabarró, el presidente de la energética (hay que clasificarla de esta manera porque también ofrece gas y no solo electricidad). Se vio con el presidente de la Xunta en Belesar, donde en los últimos dos años se ha ampliado el embalse con el objetivo de incrementar la producción en 138 gigavatios hora de producción media anual. Esta producción se sumará a los 300 gigavatios de potencia de los que ya se disponían en esta localidad gallega, que pasa a los ránkings de Gas Natural por ser en la que se ubica el mayor complejo hidroeléctrico gestionado por la gasística. La última inversión fue de 31 millones de euros, y su rentabilidad está fuera de toda duda, teniendo en cuenta que -unos u otros dueños- llevan exprimiendo el histórico embalse de Belesar desde 1963. De lo contado hasta el momento se deduce que la compañía catalana tiene, por historia, grandes intereses en Galicia, y pensaba que los iba a incrementar a través del último concurso eólico. Todos los adjudicatarios y no adjudicatarios la dieron por ganadora. Pero, sin embargo, la crisis y el déficit de tarifa provocaron que las decisiones del actual ministro de Industria dieran al traste con estos planes. El 21 de abril del 2012 fue el consejero delegado de la firma el que puso en cuarentena los planes industriales vinculados al concurso eólico, entre los que se incluía una planta para fabricar la bomba de calor geotérmica y la conversión de una planta para cocombustión en Meirama. Hoy, prácticamente año y medio después, siguen en cuarentena. También quedó en nada la planta de biomasa que se iba a realizar en la zona de Cerceda. Sí está funcionando el centro de excelencia hidráulico y marino de Vigo (no incluido en el plan eólico) y está a punto de empezar a funcionar el pueblo inglés, un proyecto para sumergirse en este idioma.

La compañía explica que lo que no se hizo va parejo a lo que tampoco se ha podido ejecutar del concurso eólico, pero que su apuesta por la comunidad gallega es clara: 1.200 millones de inversión en los últimos seis años. Eso quiere decir, argumenta, que Gas Natural, que se hizo con Fenosa en septiembre del 2008, no ha ralentizado el nivel inversor.

¡Buena noticia! Porque lo que sí ha hecho es ralentizar algunas de las facturas que llegan a casa de los sufridos consumidores de energía en la comunidad, fallos que la compañía achaca al proceso de integración tecnológica y que dice están casi resueltos. Las quejas son de todo tipo: desde recibos que dejan de emitirse y meses después llegan a los destinatarios todos juntos hasta lecturas de contadores correctas que no se corresponden con los importes emitidos y cortes del servicio sin aviso previo. Casi todo el mundo puede entender que, en pleno siglo XXI, el romanticismo se ha dado por acabado y que la rentabilidad para el accionista es (casi) lo único que pesa en las decisiones empresariales. También que el que compra, manda. Pero lo que ya rechina es la falta de respuesta para problemas sociales que vienen repitiéndose año tras año. El dinero ni lo compra todo, ni tampoco lo es todo.