El presidente de Caixabank ve al sector financiero español con «los deberes hechos»

josé antonio bravo MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Considera a este año como el «año cero» de la recuperación de la banca

25 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Hemos hecho los deberes». Con esta rotundidad se mostró ayer el presidente de Caixabank (el tercer banco español), Isidro Fainé, al valorar cómo se encuentra el sector financiero español ante el que calificó como «año cero» de su recuperación.

En su discurso ante la junta de accionistas, Fainé no dudó en situar a Caixabank «en buena posición», tanto en solvencia como en liquidez, ante los test de estrés a los que el Banco Central Europeo someterá durante el año a las principales entidades europeas.

Y es que el presidente del grupo destacó que se han cumplido los objetivos del plan estratégico 2011-2014, lo que permite afrontar el futuro «con optimismo y perspectivas renovadas». El vicepresidente y consejero delegado, Joan Maria Nin, le puso cifras. Desde 2007, enumeró, la entidad ha crecido un 30 % en clientes, un 40 % en recursos y un 28 % en créditos. Asimismo, ha multiplicado por 2,4 la liquidez y la ratio de solvencia (del 8 % al 12,9 %). Y añadió que el banco tiene la intención de «recuperar gradualmente la rentabilidad».

La unión bancaria también centró buena parte del discurso de Fainé. El proceso de reestructuración de las entidades españolas ordenado desde Bruselas ha funcionado «bien», amén del propio esfuerzo de los bancos por sanear sus balances. De las cajas de ahorros, destacó Fainé como lo más positivo que han tenido que deshacerse de actividades «no fundamentales» para concentrarse en dar más crédito dentro de sus territorios, que «son los que conocen mejor». En ese sentido, destacó que aún con la transformación de La Caixa en una fundación bancaria mantendrá, por séptimo año consecutivo, el mismo presupuesto para obra social: 500 millones.

Caixabank redujo un 54,6 % su beneficio en el primer trimestre hasta 152 millones al contar con menos resultados extraordinarios (el año pasado se anotó 2.223 millones tras consolidar el Banco de Valencia). Su morosidad mejoró tres décimas hasta el 11,36 %.