Las medidas de apoyo al colectivo, como el IVA de caja o la tarifa plana para contratar, dan resultados desiguales y chocan con la falta de crédito
28 abr 2014 . Actualizado a las 11:37 h.Si quiere volver a trabajar, empléese usted mismo. Es la opción a la que se han visto abocados por la crisis muchos trabajadores -emprendedores por necesidad-, lo que explica que el comportamiento de este colectivo haya sido mucho más dinámico en los últimos meses que el empleo por cuenta ajena y que comience a invertirse la tendencia. A ello han contribuido, como aseguraba días atrás el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, las «medidas de estímulo» puestas en marcha por el Gobierno y a las que los autónomos «han respondido con más claridad». El impacto de los incentivos diseñados para el colectivo, así como sus dificultades, se analizan a continuación:
Cotizaciones
Tarifa plana de 100 euros. «Más afiliación con vocación indefinida es la mejor opción posible para el sistema», subrayaba Burgos. Y a ese objetivo de generar ingresos para que las arcas públicas sostengan pensiones y coberturas sociales, a la vez que se reduce el desempleo, responde la tarifa plana de 100 euros mensuales de cotización a la Seguridad Social por contrato indefinido que se realice y que dure un mínimo de dos años (uno más con bonificación en caso de los emprendedores). La medida la anunció Rajoy a finales de febrero.
Aunque a priori la idea resulta atractiva, el resultado del último barómetro del Observatorio del Trabajo Autónomo elaborado por la federación de autónomos ATA arroja dudas sobre su potencial recorrido, ya que aunque un tercio de los emprendedores pretenden contratar este año, casi un 60 % descartan acogerse a esta tarifa plana.
En cualquier caso, la vicepresidenta de ATA, Celia Ferrero, asegura que es prematuro valorarlo. «Hay que esperar a que tenga efectos, pero los últimos datos no eran malos», señaló, para recordar que la medida es la continuación lógica de la tarifa plana de 50 euros mensuales para darse de alta como autónomo, a la que se han acogido 180.000 personas. «Creemos que funcionará si hay actividad económica que lo respalde», sentenció Ferrero.
Fiscalidad
IVA de caja, poco éxito en su estreno. Otra de las medidas estrella es el IVA de caja, es decir, que el autónomo o la pyme no pague el impuesto hasta que no lo haya cobrado. Pero el éxito en este primer año de aplicación no ha sido el esperado, ya que apenas el 15 % de los contribuyentes previstos se ha acogido a esta fórmula voluntaria: menos de 22.000. Desde Hacienda minimizan el hecho por varias razones, ya que -indican- no solo este es el primer año en vigor, sino que además sostienen que la mejora de la liquidez (a través del plan de proveedores y del fondo de liquidez autonómico) le ha restado atractivo.
Desde ATA, aunque comparten ambos argumentos, subrayan que la medida llega tarde, porque debió adoptarse cuando la morosidad de las Administraciones estaba en máximos. Asimismo, denuncian que ha habido presiones por parte de las grandes empresas para que sus proveedores no se acojan a esta fórmula, porque «las retrata como malas pagadoras y ya no podrían jugar el flujo de caja que supone retrasarse».
Financiación
El grifo del crédito solo gotea. «La financiación ha mejorado un poco, pero al 53 % de los autónomos se les sigue denegando el crédito. Sigue siendo una asignatura pendiente», concluyó la vicepresidenta de la federación de autónomos.