La eólica gallega da por muerto el concurso con el fin de las primas

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Las empresas estudian incluso paradas parciales de los molinos operativos

13 jun 2014 . Actualizado a las 11:01 h.

El impacto del fin de las primas a las renovables en la rentabilidad de los parques ahora en funcionamiento es tan drástico que las empresas eólicas, casi de forma unánime, lo tienen claro: en estas circunstancias no se levantará ni un solo molino nuevo. Dicho de otro modo: el vigente concurso eólico, impulsado por Feijoo en el 2010, está literalmente «muerto», en palabras del sector. Y su vigencia responde en estos momentos a la inercia de la tramitación administrativa. La Xunta ha aprobado ya las primeras tres autorizaciones, pero nadie cree que se levanten los molinos.

De hecho, Galicia tiene todavía pendientes por construir parques eólicos autorizados por Fraga antes de que llegara el bipartito en el 2005 y que son anteriores al actual concurso. Hasta 400 megavatios. «Esto pone de relieve el verdadero parón que vive el sector, que viene de atrás y que el decreto va simplemente a agudizar; no creo que el debate sea sobre este concurso», sostiene Íñigo Muniozguren, secretario general de la Asociación Eólica de Galicia (EGA).

La nueva realidad que dibuja la reforma eléctrica impulsada por el ministro Soria es que seis de cada diez parques, aproximadamente, tendrán que vivir de lo que les remunere el mercado, conocido técnicamente como pool, y dejarán de percibir unos 300 millones en primas. Es decir, la preocupación de las eólicas no es si se van a instalar nuevos parques, sino si podrán mantener los que actualmente se encuentran en explotación. De ahí que las empresas estén ahora renegociando los contratos de financiación con los bancos -los aerogeneradores se instalaron con la garantía del proyecto en un modelo similar al de una hipoteca - y los plazos de amortización. E incluso hay empresas, según fuentes consultadas, que estarían sopesando paradas parciales en los molinos operativos.

Las consecuencias

El descenso de la facturación de los parques tiene un impacto también enorme en la economía local, en las arcas de los concellos (que cobran una tasa), y en los contratos de arrendamiento que tenían con los propietarios de los terrenos, que verán sensiblemente mermados sus alquileres y, por tanto, sus ingresos.

Mientras el sector se afana en buscar una viabilidad a los parques actualmente en explotación, la Xunta ha buscado fórmulas para garantizar un futuro al sector y minimizar el impacto de la reforma de Soria: bonificaciones en el impuesto de transmisiones patrimoniales hasta casi su plena exención; retraso en la constitución de avales hasta la construcción del parque; y un nuevo marco legal que permite desistir del actual concurso sin que haya sanción económica. Medidas que el sector considera insuficientes en este contexto porque se mantiene la exigencia para el promotor eólico del desarrollo de un plan industrial paralelo (planes que iban a crear miles de puestos de trabajo, según la Xunta). Y por el controvertido canon eólico de Galicia, inexistente en otras comunidades.

Con este panorama, el impulsor de un parque no solo tendría que hallar financiación para los aerogeneradores, menos rentables con el fin delas primas, sino para el proyecto empresarial que lleva asociado por la adjudicación de megavatios, tal y como consta en el concurso, circunstancia poco probable dadas las restricciones que imponen ahora los bancos.