El Estado ha perdido ya más de 26.000 millones de ayudas a la banca

A. Estrada / M. Mora. REDACCIÓN / LA VOZ, COLPISA

ECONOMÍA

La venta de Catalunya Banc, la operación más ruinosa

23 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con la venta de Catalunya Banc al BBVA se cierra otra puerta de la reestructuración del sistema financiero patrio. La de la adjudicación de las entidades nacionalizadas al mejor postor. Se puede, pues, hacer un primer balance -aunque no definitivo- de cuánto dinero de los contribuyentes ha habido que emplear para salvar a la banca -cajas de ahorros en su mayoría- y cuánto se puede dar ya definitivamente por perdido. Y el balance no es precisamente alentador: se han concedido ayudas públicas por valor de más de 61.000 millones de euros, se han recuperado por el momento solo 4.472 millones y se pueden dar por perdidos ya 32.640 millones, algo más de la mitad de lo aportado. Aunque, de ellos, solo 26.000 millones han llegado directamente de las arcas del Estado.

Las ayudas públicas incluyen lo aportado por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), es decir, el contribuyente, pero hay una parte que se refiere al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que se nutre de las aportaciones de los bancos, porque Bruselas lo considera también ayuda pública. Esos más de 61.000 millones de euros son ayudas directas en forma de capital (no se incorporan los avales y garantías ofrecidos por el Estado, lo que llevaría la cifra total a superar los 100.000 millones de euros).

Un triste reparto

De los 4.472 millones que se han recuperado, 3.851 son para el Estado (el resto son para el FGD) y proceden de cuatro operaciones: 1.304 millones por la venta del 7,5% de Bankia; 1.003 millones por la venta de Novagalicia Banco a Banesco; 977 millones devueltos por Caixabank al absorber a Banca Cívica; y 1.187 millones por la venta de Catalunya Banc a BBVA. Pero esos ingresos no compensan las ayudas públicas que las entidades recibieron. En total, tras el cierre de gran parte de las operaciones de reestructuración se pueden dar por perdidos 32.640 millones de euros, de los que 26.438 corresponden al FROB y, por tanto, al contribuyente, y 6.202 millones corren a cargo del FGD.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, en respuesta a una interpelación de Cayo Lara sobre si daba por pérdidas las ayudas a la banca, dijo en el Congreso que el Estado esperaba recuperar la mayor parte de las ayudas y lo calificó como «una obligación del Gobierno».

Más cauto fue el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cuando lo interrogaron por el mismo tema en el Senado. A la pregunta de cuánto se iba a recuperar, Linde contestó: «No lo sé».

La operación más ruinosa

Lo que sí se sabe es que Catalunya Banc ha sido hasta ahora el mayor agujero de la reestructuración bancaria para el contribuyente. Recibió 12.052 millones de euros de dinero público, a los que se suman otros 794 millones por garantías y coberturas que el FROB ha tenido que ofrecer para vender la entidad al BBVA y la cartera de hipotecas tóxicas a Blackstone, lo que la lleva a ocupar el segundo puesto en el ránking de las más ayudadas en valores absolutos, por detrás de Bankia (22.424 millones). Pero es la entidad que más dinero ha recibido en proporción a sus activos ponderados por riesgo (APR): el 49 %. A continuación se sitúan el Banco de Valencia (34 %); NCG (33 %) y Bankia (10 %).

Optimismo gubernamental

Con todo, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, aseguró ayer que en la operación de venta de Catalunya Banc se ha minimizado el coste para el contribuyente. Sin embargo, se dan por perdidos definitivamente más de 12.000 millones de euros, que se suman a los 8.269 millones.

Que la venta del 60,5% que el FROB posee todavía en Bankia pueda reportar ingresos suficientes para recuperar los más de 22.000 millones aportados es muy optimista, pero que, además, compensará las pérdidas registradas en otras cajas es ilusorio.

«Ni un euro

En papel mojado han quedado las declaraciones que realizaron los miembros del Gobierno en las horas y días posteriores a la petición del salvavidas financiero a nuestros socios del euro. Entonces, se llenaron la boca diciendo que el rescate bancario no iba a costar «ni un euro» al contribuyente. No ha sido así.