Coren surtirá a Campofrío tras el incendio de Burgos

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

ECONOMÍA

De los secaderos de Coren salen cada año entre 600.000 y 700.000 jamones.
De los secaderos de Coren salen cada año entre 600.000 y 700.000 jamones. lago < / span>

Su filial lucense, Novafrigsa, enviará mensualmente 120 toneladas de fiambre de pavo y jamón a la firma castellana

17 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el virulento incendio que arrasó a mediados del pasado mes de noviembre las instalaciones de la planta de industria cárnica que Campofrío tiene en Burgos, la empresa ha recurrido al Grupo Coren para poder garantizar sus niveles de producción.

Será la filial lucense de la cooperativa ourensana la que, según el acuerdo al que han llegado ambas compañías, se encargará de hacer frente a los nuevos pedidos, incrementando sus niveles de producción actuales. De esta forma, y según han confirmado fuentes de Coren, Novafrigsa asumirá la elaboración, cada mes, de una cantidad cercana a los 120.000 kilos de fiambre de pechuga de pavo y pollo, que se destinarán a la empresa castellana. Ambas compañías han firmado un acuerdo comercial que será efectivo a partir del próximo mes de febrero y, subrayan desde Coren, es «puntual». En principio, se mantendría durante el tiempo que duren las obras de reparación en la nave burgalesa calcinada, que previsiblemente se extenderán durante un año.

Nuevos contratos

Ese contrato tendrá consecuencias positivas, y no solo en términos de facturación para la firma ourensana. Así, supondrá además la creación de nuevos empleos, necesarios para afrontar la nueva carga de trabajo que asume el matadero de Lamablanca, con cerca de un centenar de empleados. Por ello, se ha previsto la contratación de doce trabajadores con los que poder hacer frente a los pedidos en tiempo y forma.

Además de a la empresa agroganadera gallega, que tiene seis mil cooperativistas, Campofrío ha recurrido a otras industrias cárnicas españolas, en un intento de mantener sus horizontes de fabricación, para poder llegar al mercado en las mismas condiciones en las que lo hacía antes del incendio. Sus propias plantas, repartidas por varios países, han asumido igualmente parte de esa tarea.

Novafrigsa acomete cada día la matanza de 250 reses y de sus secaderos salen anualmente una cifra comprendida entre los 600.000 y los 700.000 jamones.