Todos los órganos europeos implicados en la resolución de la entidad parecen haber decidido cerrar filas para respaldar aquella polémica medida
16 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Todos los órganos europeos implicados en la resolución del Banco Popular parecen haber decidido cerrar filas para respaldar aquella polémica medida, hasta el punto de que algunas partes de sus dictámenes se parecen de forma muy significativa. El último en hacer público su pronunciamiento ha sido el supervisor de la eurozona, que a semejanza de lo avanzado por la denominada Junta Unica de Resolución (JUR) hace ahora un mes, considera que la difusión mediática de la situación de la entidad española agravó su delicado estado de salud, esto es, casi habría ayudado a enterrarla.
Pero para la institución que preside el italiano Mario Draghi el principal detonante (causas observa más, aunque sin mostrarse especialmente profuso) del desplome último del Popular fue un «agotamiento significativo de sus depósitos». Para el BCE, el Popular empezó flaquear en febrero a raíz de que el propio banco revelara una necesidad de provisiones «extraordinarias» por 5.692 millones de euros. Eso llevó a las agencias de calificación a rebajar de forma muy significativa su nota. Todo ello derivó en «preocupaciones importantes» en los propios usuarios del banco, tanto particulares como empresas, que a su vez se reflejaron en «salidas de depósitos inesperadas» y «alta frecuencia de visitas de clientes». Para primeros de junio, continúa el BCE en sus conclusiones conocidas ayer, la fuga de depósitos ya era «particularmente relevante» y el Popular, de acuerdo con el Banco de España como supervisor nacional, comenzó a implementar varios medidas para atraer fondos. «Pero no fueron suficientes», apunta. En esta tesitura, el BCE aduce que tuvo que concluir que el Popular tenía «opciones muy limitadas» para financiarse. «Se considera -advirtió a Bruselas tras ser consultado- que la entidad caerá o es probable que lo haga en el futuro próximo».
