El ex número dos de Abengoa asegura que la situación de la firma era «normal» cuando él se fue

j. m. c. MADRID /COLPISA

ECONOMÍA

FERNANDO VILLAR | EFE

Ortega fue el primero de los cinco imputados en declarar en la primera jornada del juicio que tiene lugar en la Audiencia Nacional por el cobro de indemnizaciones millonarias

17 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El ex consejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, quiso desvincular ayer su salida de la empresa de la evolución que tuvo la compañía cinco meses después de su renuncia al indicar que cuando él abandonó su cargo, el 18 de mayo del 2015, la situación por la que atravesaba la corporación era de «absoluta normalidad».

Ortega, que fue el primero de los cinco imputados en declarar en la primera jornada del juicio que tiene lugar en la Audiencia Nacional por el cobro de indemnizaciones millonarias por parte de la cúpula de Abengoa antes de la declaración de quiebra, recordó al fiscal del caso que «todos los datos objetivos» demostraban el buen ritmo de la compañía. Sin embargo, en noviembre del 2014, cuando aún era ejecutivo de la firma, las acciones se desplomaron por las dudas de los inversores sobre el estado real de sus cuentas. Además, a los seis meses de su marcha el grupo avisó de un preconcurso de acreedores por la gravedad del momento que atravesaba.

En su declaración, Sánchez Ortega justificó el abandono de su cargo en Abengoa pocas semanas antes de la debacle financiera «por cuestiones personales». «Yo conseguí una serie de hitos y tomé otro camino», concluyó.

También respaldó la firma del contrato mercantil en el que se establecía la indemnización que después cobraría, entre otras cuestiones al venir exigido por la Ley de Sociedades de Capital. Ese documento incluía cláusulas «que parecían de sentido común», según afirmó para justificar el cobro de 4,4 millones de euros, una operación por la que se enfrenta a una petición de cuatro años de prisión por presunta administración desleal. Además, recordó que nunca llegó a recibir otros 3,3 millones de euros de retribución variable asignados por el consejo, al no alcanzarse finalmente los objetivos anuales. En junio sí se le reconoció ese abono porque la compañía daba por hecho que se cumplirían todos los objetivos fijados para ese ejercicio, aunque finalmente no fue así.

A la declaración de Sánchez Ortega le seguirá, previsiblemente, la de Felipe Benjumea, sobre el que recae una imputación de administración desleal, penada con hasta cinco años de prisión, tras cobrar 11,4 millones de euros al abandonar Abengoa.

En el banquillo de los acusados los acompañan los tres consejeros que autorizaron el pago desde la comisión de nombramientos y retribuciones, decisión en la que se basó el consejo para luego refrendarla: Mercedes Gracia, Alicia Velarde y Antonio Fornielles (que incluso fue presidente ejecutivo de la compañía durante unos meses tras la salida aparente de Benjumea).