Ascensión y caída de un emprendedor idolatrado

m. b. SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

02 mar 2018 . Actualizado a las 09:35 h.

mucho antes de que todo saltara por los aires, José Ramón García llegó a ser en España el paradigma del buen emprendedor. Hasta recibió de manos del actual rey de España un premio nacional. Todos querían entrevistarse con él, todos querían una foto con él y hasta llegó un momento en el que algunas grande fortunas decidieron incluso apostar por su proyecto. Fue el caso de Manuel Jove. Eran los días de vino y rosas, pero en España tan pronto se idolatra a alguien como se le crucifica. Sobre todo cuando le da la espalda el sacrosanto dinero. Todo empezó a torcerse con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Aquel estallido puso al descubierto un modelo de empresa que se había cimentado, sobre todo, en el flujo constante de crédito bancario.

La compañía producía todos sus aparatos en dos plantas que tiene en Shen Zeng (China) y diseñaba la tecnología en Galicia. Blusens se valía de la ruta aérea entre Hong Kong y Barcelona y colocaba los MP3 en el mercado español en menos de 30 horas. Después de estallar la crisis, todo empezó a precipitarse. Y ahí comenzó la caída de José Ramón García. Primero se fue Manuel Jove del proyecto, en el 2013, lo que supuso todo un varapalo. Y el pasado año se desvaneció definitivamente el sueño. Blusens Tecnhology, la filial de compras, quedó oficialmente liquidada en el 2017, después de que a finales del 2016 fracasara el intento de un fondo americano de hacerse con la compañía tras tres años en concurso de acreedores.

A esto se sumó que la Audiencia Provincial también acababa de condenar a un exdirectivo de la firma a nueve meses de cárcel por un fraude del IVA «en carrusel», del que la compañía también es responsable subsidiaria. Este fallo fue consecuencia de una investigación que había llevado a cabo en el 2008 la Agencia Tributaria, que acusaba a la empresa de un fraude de 800.000 euros en cobro indebido de este tributo, algo que Blusens atribuyó a un proveedor.

Imagen dañada

La imagen de aquel hombre de éxito, al que todo le sonreía, quedó definitivamente enterrada, aunque él decidera poner en marcha nuevos negocios.