El improvisado recibimiento a Escotet en la sede de Banesco: «Valiente, valiente»

r. s. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

María Alesia Sosa / Atlas

Trescientos empleados llenaban el auditorio de Ciudad Banesco, el complejo que hace las veces de sede central

06 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Carlos Escotet, el dueño de Banesco y también de Abanca (entidad independiente de la anterior, la misma fórmula que utiliza el empresario para todo su grupo de bancos), llegó a mediodía del viernes al aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetía, a las afueras de Caracas, sin saber qué pasaría cuando pisara suelo venezolano. No debe extrañar esa inquietud: solo unas horas antes el Gobierno de Maduro había ordenado interrogar primero y detener después a toda la cúpula de Banesco en Venezuela (11 directivos, entre ellos dos de origen gallego), e intervenir durante 90 días el banco.

No pasó nada. Escotet, según explican algunas fuentes, optó por ir directamente a su banco -está intervenido, pero no expropiado- y allí se encontró una sorpresa: unos trescientos empleados llenaban el auditorio de Ciudad Banesco, el complejo que hace las veces de sede central, y le coreaban emocionados: «¡Valiente, valiente!». Poco más se sabe de ese improvisado encuentro que captó una periodista caraqueña, que colgó unas horas después en Internet y que se movió con rapidez por Venezuela, un país que usa con vehemencia las redes sociales. Es muy consciente de ello el chavismo, y un ejemplo se ha visto estos días con la intervención de Banesco: la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario Venezuela, el equivalente al Banco de España, tiene su cuenta de Twitter repleta de mensajes de Nicolás Maduro, respaldándole en plena campaña electoral. Algo impensable en otros lugares.

Posiblemente para contrarrestar ese masivo apoyo a Escotet por parte de su plantilla, la junta administradora de Banesco, con una mujer del régimen al frente, destacó ayer que la entidad funciona con total normalidad «gracias al espíritu de cordialidad, colaboración y cooperación mostrada por cada trabajador de esta entidad».

Escotet sigue en Venezuela preparando directamente la estrategia para lograr, principalmente, la salida de prisión de esos once directivos que, según algunas fuentes, han sido repartidos entre dos prisiones de Caracas, una para hombres y otra para mujeres. El segundo objetivo es retomar la gestión directa de Banesco, algo que se antoja difícil antes de esos 90 días marcados por el régimen. Algunos analistas creen que el Gobierno quería ejecutar una expropiación, amparándose en un supuesto fraude contra el cambio de divisa, pero que se echó atrás por la dimensión de Banesco.