Casi 40.000 gallegos reclaman contra el Catastro por las inspecciones masivas

m. beramendi / r. santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

El proceso, que acabará este año, ha destapado ya 356.000 bienes ocultos al fisco

05 nov 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

El proceso extraordinario de inspección y regularización de bienes que inició el Catastro en el 2013 en toda España está a punto de finalizar. Lo hará, si no es preciso pedir otra prórroga, el 31 de diciembre, tras peinar los últimos municipios que quedan, 79 de ellos en Galicia. El proceso realizado hasta la fecha ha sido sumamente provechoso para este organismo: ha destapado más de 356.000 bienes no declarados en la comunidad. No quiere decir que sean no ilegales urbanísticamente, sino opacas al fisco, sin pagar tributos por esas instalaciones, principalmente el IBI.

Son principalmente ampliaciones de casas ya existentes (148.000), algunas nuevas construcciones (144.000), reformas o cambios de uso (otros 56.000 inmuebles) y piscinas (más de 7.000). Galicia se ha convertido en un terreno fértil para descubrir esas actuaciones, por la dispersión geográfica y cientos de pequeños núcleos de población dispersos. Destapar esos bienes supone un multa (oficialmente es una tasa para pagar el coste de este largo proceso) de 60 euros por caso. Y, aparte, ponerse al día en el ayuntamiento correspondiente para actualizar el pago de impuestos, y los retrasos. Una factura importante, y más que crecerá cuando se complete todo el plan, porque faltan por completarse aún las inspecciones en municipios como A Coruña, Pontevedra, Oleiros, Monforte, Burela o Vilagarcía.

Ahora bien, este proceso extraordinario ha hecho también que se produzca a la vez una oleada de quejas ante el Catastro. En concreto, casi 40.000 reclamaciones (38.028, en concreto, por el 10,6 % del total de bienes destapados) se han presentado ya por parte de ciudadanos que están en desacuerdo con esa inspección. Hay dos posibilidades para hacerlo, explican fuentes de ese organismo dependiente de Hacienda: una alegación a la propuesta de regularización que se le notifica, y que tiene que hacer antes de que pasen 15 días tras recibir el aviso; o un recurso administrativo una vez que la propuesta de regularización es firme. «Y en todo momento, sin sujeción a un plazo, si un ciudadano está disconforme con la descripción catastral de su inmueble y no tiene nada pendiente de declarar, puede instar una subsanación de discrepancias para que esta se corresponda con la realidad», apuntan fuentes del Catastro.

Las confusiones

¿Y qué se reclama? Pues discrepancias con el bien descubierto, principalmente porque la imagen aérea de la que se sirvió el Catastro (utiliza fotos de satélites, de drones y de Google Earth) no se correspondía con la realidad. Ejemplos: una piscina de goma que se instala en verano, se toma una foto aérea y parece fija. Otro: una pérgola instalada en un jardín que, visto desde arriba, parece una construcción nueva.

En algunos casos, estas reclamaciones han terminado llegando a los juzgados porque tras la inspección venían recibos muy abultados, y era la única manera de resolver la discrepancia con Hacienda.