Abanca sigue ganando peso en el capital de Nueva Pescanova, mientras la gran banca inicia la retirada

m. s. d. VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

20 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez que el capital de Nueva Pescanova se mueve, Abanca sale reforzada. La entidad gallega es uno de los siete bancos que entró en el accionariado de la multinacional, intercambiando deuda por acciones para rescatarla de la quiebra.

Comenzó en el 2016 con una participación del 5,4 % y está a punto de alcanzar el 21,9 % tras la compra del 5,9 % que el BBVA ha puesto en el mercado.

Fuentes financieras dan por hecha la operación, que Abanca no ha querido confirmar ni desmentir. Aseguran que está ya negociada, y que la entidad que preside Juan Carlos Escotet se quedará con toda la participación del BBVA, lo que la sitúa cada vez más cerca el Sabadell, el mayor accionista de la pesquera gallega, que posee el 23,8 % y que lideró la salida del concurso de la pesquera. Escotet siempre ha manifestado su interés por el crecimiento de la multinacional pesquera gallega.

De este modo, de los siete grandes bancos que se pusieron al frente del grupo a finales del 2015 para reflotarlo (Sabadell, Abanca, BBVA, Bankia, Popular [ahora la participación la tiene el Santander], Caixabank y UBI) quedan cinco. Abanca ha aprovechado este proceso de salida para ir ganando posiciones. Primero, con la adquisición del 3,5 % que mantenía Bankia (una operación cerrada en abril), a la que un mes más tarde sumó el 6,77 % del británico HSBC, que contaba con un 12 %. Abanca, además, está teniendo un papel relevante también como socio industrial, garantizando apoyo financiero al plan de renovación de la flota de Nueva Pescanova.  

Interés asiático

Los últimos movimientos registrados en el accionariado del grupo pesquero han permitido también que un socio externo se incorpore al núcleo fuerte en el capital de Pescanova. Se trata del fondo luxemburgués Barendina, que poseía un 3,7 % de Nueva Pescanova y que ahora ha aumentado hasta el 7 % tras adquirir parte de las acciones vendidas por el HSBC.

Nueva Pescanova cerró el 2017 con sus primeros beneficios tras la quiebra (rozando los 300.000 euros). El grupo sigue la hoja de ruta marcada en el plan estratégico diseñado hasta el 2020, año hasta el que los socios financieros se habían comprometido a permanecer en el capital. Los movimientos de salida ejecutados a lo largo de este año anticipan ese escenario de venta del grupo, que lleva meses ya escuchando ofertas, con especial interés de compradores asiáticos.