Los transportistas encerrados de Endesa: «Nos vemos trabajando solo unos días al mes, como sucedía en 1982»

ECONOMÍA

Los camioneros que se ocupaban de trasladar el carbón del puerto a la central térmica calculan que están dejando de ingresar unos dos millones de euros al mes
04 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Dos millones de euros al mes. Eso es lo que están dejando de ingresar los transportistas que hasta abril se ocupaban de trasladar a diario el carbón que Endesa recibía en la terminal descargadora del puerto exterior ferrolano hasta la central térmica. «Dos millones que dejamos de gastar en la comarca», matizan en el encierro que secundan desde hace 25 días en los concellos de Ferrol, As Pontes y Vilalba. Tras el mazazo que representó el anuncio, el pasado viernes, del inicio del fin de la actividad en la térmica pontesa, los camioneros -un colectivo formado por unos 150 profesionales- analizan con lupa los posibles pasos que puedan darse. Encima de la mesa ya se ha puesto la posibilidad de que se les conceda algún tipo de ayuda, ya que la mayoría adquirieron vehículos nuevos ante el escenario de prolongación de vida de la central que tenían por delante con el proceso de adaptación que estaba acometiendo. «Tendremos que mirar bien las condiciones de las ayudas, pero nosotros lo que queremos es trabajar, y si no tenemos trabajo, cómo vamos a devolver las ayudas?», se preguntan.
Endesa confirmó en el encuentro mantenido en Madrid con responsables de las Administraciones, responsables de su plantilla y agentes sociales que continuará con las pruebas en la central para utilizar distintos residuos, como desechos vegetales o lodos de depuradoras, como combustibles complementarios. Los transportistas se ven ya como cuando comenzaron con el traslado del mineral desde Ferrol a As Pontes, puesto que la central mezclaba el lignito pardo que extraía de su mina a cielo abierto con el que importaba, menos contaminante. Temen que si opera la planta, lo haga bajo mínimos. «Vamos para atrás, trabajando unos días al mes, como cuando empezamos en el 82. Nos avisaban de que llegaba el carbón, trabajábamos unos días y parábamos. Así hasta que nos volvían a avisar», explica un afectado. «Sí, pero entonces éramos 18 o 20 camiones y hoy somos 150», recuerda otro.