El corredor atlántico de mercancías toma tímidamente el relevo ante el fin del AVE

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los ministros José Luis Ábalos y Yolanda Díaz, junto a la conselleira Ethel Vázquez y el consejero de Fomento de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, en la inauguración del penúltimo tramo del AVE, el lunes pasado
Los ministros José Luis Ábalos y Yolanda Díaz, junto a la conselleira Ethel Vázquez y el consejero de Fomento de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, en la inauguración del penúltimo tramo del AVE, el lunes pasado Mariam A. Montesinos

El ADIF apuesta por el tren convencional, pero no sirve para suplir la caída de inversión

29 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2021 refleja por primera vez el próximo final de las obras del AVE entre Lubián (Zamora) y Ourense, hasta el punto que no hay ni un solo euro para este tramo de algo más de 100 kilómetros que se terminará este año, según el anuncio realizado por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Ni siquiera el habitual resto de consignaciones no abonadas durante este ejercicio. Esta caída en la inversión por la finalización del proyecto estrella del Estado en Galicia durante los últimos quince años es muy probable que no pueda recuperarse, pues el gasto en líneas ferroviarias de alta velocidad es el más abultado de todas las infraestructuras de transporte. Ni siquiera la tímida apuesta por empezar a mejorar la red del corredor atlántico transeuropeo de mercancías con unos 68 millones puede paliar una caída tan relevante, que en los últimos presupuestos aprobados (los del 2018) suponían 406 millones de euros solo en Galicia y otros 255 en la provincia de Zamora.

La variante de Ourense

El único proyecto de alta velocidad que recibe un impulso. Parece que el ADIF está decidido a desbloquear la variante de alta velocidad de Ourense, que da continuidad con un trazado de circunvalación al tramo que parte desde Lubián (Zamora) y que se pondrá en servicio en el segundo semestre del 2021. Destina a este proyecto crucial para ganar tiempo para el resto de las ciudades 29 millones de euros, una cantidad relevante para lo que es un inicio de las obras desde cero. Está claro que la estrategia del administrador ferroviario sigue siendo priorizar el acceso central de alta velocidad, dejando para más adelante proyectos muy reclamados por ciudades como Vigo, como es la variante de Cerdedo, el acceso directo de alta velocidad hacia el sur de la comunidad que sigue recibiendo después de quince años cantidades testimoniales (500.000 euros).

Corredor atlántico

Pistoletazo de salida para renovar la red convencional. El corredor atlántico de mercancías, que supondrá una renovación de buena parte de la red ferroviaria convencional de Galicia, recibe las primeras consignaciones relevantes, sumando unos 68 millones, a los que se podría añadir la reforma del acceso desde Ourense a Lugo para que esta última ciudad tenga acceso a la alta velocidad y no se quede descolgada como hasta ahora. De hecho, esta conexión recibe la partida más relevante en el ámbito ferroviario, con algo más de 48 millones, que supondrá el despegue de este proyecto si finalmente se ejecutan estas partidas para modernizar esta línea, corrigiendo su trazado en distintos puntos y electrificándola. La estación intermodal de Lugo también recibe un impulso, algo más de tres millones de euros.

El ADIF ha decidido impulsar los proyectos que tiene maduros para comenzar a mejorar el corredor de mercancías que unirá Galicia con el corazón de Europa y que contará con un importante contingente de ayudas de la UE. Algunos de ellos se identifican con la referencia comunitaria Ten-T (Red Transeuropea de Transporte), pero otros se asignan a proyectos concretos, como la construcción del by-pass de Redondela y la adecuación de la línea de Vigo hacia Ourense, un proyecto que recibe 11,6 millones que podrían sumarse a los 68 genéricos del corredor atlántico. También se inicia la reforma de la salida a la Meseta del corredor, la línea Monforte-Cobas, que recibe otros tres millones. La mejora del eje atlántico hacia Ferrol y Portugal (salida sur) continuará en fase de estudios. En este ámbito también hay una cantidad relevante para cercanías y movilidad urbana (18,6 millones), que distintas fuentes relacionan con la intermodal de A Coruña, aunque en el plan del Corredor Atlántico se prevén proyectos de cercanías en ese entorno metropolitano.

Autovías en obras

Santiago-Lugo y la circunvalación de Pontevedra centran las inversiones. La A-54, una autovía estratégica (en especial de cara al Xacobeo) sigue liderando la inversión del Estado en carreteras con 69,1 millones, una cifra muy superior a los 44 millones consignados en el 2018, destinados a terminar los tramos Arzúa-Melide y Melide-Palas, 18 kilómetros en el trazado central de esta infraestructura que siguen pendientes y con avances muy desiguales. La mala noticia es que durante el 2022 continuarán las obras, pues para ese ejercicio se reservan cantidades muy relevantes de dinero.

El otro proyecto que se lleva una asignación relevante -por primera vez en muchos años la inversión en carreteras está muy cerca de la ferroviaria- es la circunvalación de Pontevedra, que forma parte del proyecto genérico de autovía atlántica que, al menos sobre el papel, encarna la A-57. Esta autovía recibirá 21 millones de euros, la segunda mayor partida en vías de alta capacidad. Después de la apertura hace unas semanas del primer tramo de la autovía Santiago-Ourense (A-56) este proyecto se desinfla y apenas recibe partidas para el año que viene.

Otras autovías

Transportes deja en suspenso el avance en otras vías de alta capacidad pendientes. Los cerca de 55 millones que el ministerio utilizará en pagar descuentos a los usuarios de la AP-9 es la segunda cifra más relevante en materia de carreteras. Sin que este hecho esté directamente relacionado con la falta de una apuesta clara por la nómina de autovías pendientes en Galicia, lo cierto es que apenas hay proyectos que despeguen con estos Presupuestos. Solo la circunvalación de O Barco -en realidad, la conexión de ocho kilómetros que enlaza la N-120 con la N-536- recibe una inyección presupuestaria importante, 22,8 millones, más incluso que lo que recibe la de Pontevedra, que lleva varios años en obras.

Pero hay proyectos que, ni siquiera con la nueva aportación de fondos europeos por la crisis del covid, comenzarán a andar el año que viene. No lo hará la A-74, la autovía Barreiros-San Cibrao que serviría para compensar a A Mariña lucense del desvío de la transcantábrica hacia el sur. Y ello a pesar de que en los anteriores Presupuestos había recibido tres millones. Tampoco hay avances en la A-76 entre Monforte y Ponferrada, ni en la continuidad de la A-52 hacia Vigo para evitar las peligrosas curvas de O Porriño y Mos, una de las vías con más siniestralidad de España. También se relegan las obras urbanas en A Coruña, especialmente la ampliación de Alfonso Molina.