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Los fondos europeos incentivarán con 1.500 millones una nueva tecnología contra el cambio climático que en Galicia promueven la Xunta y Naturgy
21 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Fabricar hidrógeno verde. Es el nuevo mantra que repiten empresas y Gobiernos (comunitario, central y autonómico) para acelerar la conversión de España en un paraíso energético libre de emisiones contaminantes en el 2050. No en vano hay muchos millones de ayudas en juego para incentivar esa nueva tecnología: 1.500 millones hasta el 2023 del fondo europeo de recuperación, según avanzó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una jornada organizada por el Ministerio para la Transición Ecológica. En la sesión se habló poco de Galicia, aunque la comunidad participará en el pastel del hidrógeno renovable si llegan esas subvenciones comunitarias. Por un lado, la propia Xunta está redactando un proyecto que presentará como candidato a ese fondo para construir en un lugar aún por determinar una planta de fabricación de ese elemento, en la que tratará de implicar a la iniciativa privada. Además, el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, anunció durante la jornada que manejan un proyecto similar para el lugar donde antes funcionaba la central de carbón de Meirama (Cerceda), pero no aportó más detalles.
Pero, ¿qué es el hidrógeno verde? ¿Para qué sirve? Y, sobre todo, ¿a qué viene tanta locura por él?
Qué es
Renovables para obtenerlo. El hidrógeno corriente y moliente se obtiene separando la molécula de agua (H2O) con electricidad. Para generarla se utilizan combustibles contaminantes, como gas natural o propano. Es el denominado hidrógeno gris. El verde se consigue usando en el proceso energías renovables.
Para qué sirve
En refinerías. El hidrógeno se utiliza en procesos industriales. El principal, el refino de los productos petrolíferos. Con hidrógeno se elimina el azufre de los combustibles. Andreu Puñet, director general de la patronal petrolífera, detalló hace unos meses que la fabricación de hidrógeno genera el 20 % de las emisiones contaminantes de las refinerías y que, por tanto, sustituyéndolo por el verde, se ahorrarían esos mismos vertidos a la atmósfera. Repsol, la principal petrolera del país, maneja proyectos para elaborar hidrógeno renovable en sus plantas de Bilbao y Cartagena. En la gallega de A Coruña, no, de momento. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, avanzó que su empresa es una de las grandes productoras de hidrógeno y, al mismo tiempo, también la principal consumidora, pues se come el 72 % del total nacional. Repsol tiene previsto invertir entre 2.200 y 2.900 millones en el período 2021-2026 en proyectos de la cadena del hidrógeno.
El sector de los fertilizantes agrícolas es otro de los grandes consumidores de hidrógeno. Con él elaboran amoníaco y, con este, los abonos. Javier Goñi, consejero delegado de Fertiberia, detalló en la jornada que el 20 % de ese elemento se obtiene con gas natural. Esta compañía acaba de firmar una alianza con Iberdrola para sustituir ese combustible en sus fábricas de Puertollano y Palos de la Frontera por energías renovables procedentes de plantas fotovoltaicas de la eléctrica.
Además de reducir emisiones en procesos industriales, el hidrógeno se puede almacenar para convertirlo en electricidad. De ahí su otro gran papel protagonista en la transición energética.
¿Por qué está de moda?
Complemento a la electrificación. De ponerlo de moda se han encargado las autoridades comunitarias y las nacionales, que manejan hojas de ruta para la implantación paulatina del hidrógeno verde, así como subvenciones para ello. Ese elemento «es un instrumento necesario para la descarbonización de la economía, especialmente en aquellos sectores de difícil electrificación, donde no hay soluciones eficientes o técnicamente viables, y en los sistemas energéticos aislados», o sea, las islas, destacó Transición Ecológica. Y en las islas tiene mucho que decir Endesa, que maneja 22 proyectos para introducir hidrógeno renovable. Aunque el consejero delegado de la empresa, José Bogas, destacó que «la electrificación es el camino más simple y más barato para la descarbonización», pero añadió que «el hidrógeno va a ser un complemento, no un competidor de la electrificación».
Endesa, como Naturgy, tiene en cartera plantas de producción de hidrógeno renovable en los lugares donde cerró centrales de carbón. Bogas habló de Teruel, pero no de As Pontes, donde la empresa está probando biocombustibles como alternativa posible al mineral en dos de los cuatro grupos de la térmica.
Iberdrola tampoco tiene previsto montar en Galicia instalación alguna relacionada con la nueva tecnología.
El sector energético reclama ayudas y que se eliminen costes eléctricos
Acciona promueve en la isla de Mallorca dos plantas fotovoltaicas que alimentarán una fábrica de hidrógeno verde. Este suministrará a los autobuses municipales, calentará instalaciones del Ayuntamiento e inyectará a la red de gas. Arantza Ezpeleta, directora general de Tecnología e Innovación de la compañía explicó que esas plantas «no son económicamente viables aún», por eso, añadió, es fundamental el apoyo público, en forma de ayudas, pero también de regulación. En eso mismo incidieron el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de Naturgy, Francisco Reynés; el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz; y el de Endesa, José Bogas, en una mesa moderada por la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, en el marco de una jornada en la que participó la propia ministra Teresa Ribera. Imaz reclamó un marco regulatorio específico que permita descontar el pago de peajes eléctrico. Bogas instó a eliminar barreras económicas y a descargar costes de electricidad que hagan más competitivo el hidrógeno renovable.
Mark Lewis, responsable de estrategia sostenible del banco BNP Paribas, resaltó que, cuando se supere la fase de reducir los costes de producción, España estará en una situación privilegiada para liderar el desarrollo del hidrógeno verde en Europa, dado el fuerte despliegue renovable y el abaratamiento de precios de tecnologías como la solar.
Sánchez Galán destacó que el coste de apoyar la implantación del hidrógeno renovable será muy inferior al que se desplegó hace unos años para propulsar los parques fotovoltaicos y termosolares, un extremo que aplaudió Teresa Ribera.