
El beneficio de la entidad sube un 8,2 % respecto al primer trimestre del 2020
21 abr 2021 . Actualizado a las 17:48 h.Abanca cerró el primer trimestre del año con un beneficio de 137,4 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 8,2 % respecto al mismo período del año anterior, según las cuentas remitidas ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En ellas, la entidad gallega atribuye este mejor resultado a la política de control de costes y a la mejora de los márgenes, con más ingresos recurrentes. Entre ellos, destaca un crecimiento cercano al 14 % en los cobros por prestación de servicios, que rondaron los 67 millones entre enero y marzo, y del 9,5 % en el margen de intereses, que superó los 164 millones.
Además del buen comportamiento financiero, Abanca destaca como principal hito del trimestre que ha superado la barrera de los 100.000 millones de euros en volumen de negocio (un 20 % más que antes de la pandemia), gracias a la integración contable de Bankoa y la adquisición de la red española de Novo Banco. La compra de la filial española de la entidad portuguesa, la sexta operación de crecimiento inorgánico que realiza Abanca desde el 2014, «fortalece su posicionamiento en banca personal y fuera de Galicia», explica en un comunicado.
Sin computar esa adquisición, cuya integración contable se producirá dentro de unos meses, el volumen de negocio de la entidad gallega roza los 98.500 millones de euros, con un alza interanual del 15,1 % que atribuye al «crecimiento equilibrado del crédito y los recursos de clientes». En concreto, la cartera de crédito a clientes en situación normal, donde destaca el peso de la financiación a familias y empresas, se situó en 42.068 millones, con un repunte del 13,2 % en el último año. Mucho más, un 17,1 %, crecieron los recursos de los clientes, que alcanzan los 55.783 millones, de los que 44.551 son depósitos, que aumentan más de un 15 %. Tasas de crecimiento, todas ellas, elevadas por efecto de la integración contable de Bankoa.
Baja tasa de morosidad
Al margen del crecimiento en volumen, Abanca destaca la calidad de su cartera, con una tasa de morosidad del 2 %, «a la cabeza del sector, prácticamente la mitad que la media española (3,9%) y por debajo de la media europea». Una sólida posición que le ha permitido rebajar a la mitad la partida de provisiones ante futuros impagos o deterioros (elevando así el beneficio) y que atribuye a la política de diversificación sectorial de su negocio y al buen comportamiento de Galicia tanto en el terreno sanitario como en la evolución macroeconómica durante el último año. De hecho, según los datos de pagos con tarjeta que maneja la entidad, tras el levantamiento de las restricciones de la tercera ola la comunidad ya ha recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia e incluso está un 11 % por encima de las transacciones de la primavera del 2019.
En cuanto a los efectos de la pandemia en su negocio, Abanca explica que ha formalizado préstamos con aval del ICO por importe de 3.234 millones de euros (1.821 millones para pymes y autónomos y 1.413 millones para empresas). Además, aplicó medidas de flexibilización de pagos por importe de 1.268 millones de euros, de los cuales 855 millones corresponden a hipotecas y 414 a otras operaciones de financiación. De esta manera, el apoyo de la entidad ha llegado al 5,7 % de la cartera de hipotecas y al 5,9 % de la cartera de préstamos al consumo.
Y lanza un mensaje importante: menos del 2 % de los clientes a los que les ha concedido esas moratorias han entrado en mora cuando debían retomar los pagos, «lo que refrenda la utilidad de estos mecanismos para ayudar a familias y empresas».