Gerardo Cuerva: «Estamos vendiendo que la reactivación es recuperación, y no lo es»

l. palacios MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

EP

El presidente de Cepyme teme que detrás de la subida del salario mínimo haya un intento de cambiar el modelo económico

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las pymes lo son todo para el tejido productivo español. El 99 % de su esqueleto está articulado por las pequeñas y medianas empresas, las que más han sufrido la pandemia. Ahora que se repiten una y otra vez los mensajes gubernamentales de «recuperación», el presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Gerardo Cuerva, ha querido poner tierra de por medio: «Estamos vendiendo que la reactivación es recuperación, y no lo es. Hemos bajado al subterráneo más subterráneo y ahora vemos la senda de subida pero, ¿con qué endeudamiento viene la empresa?», señala.

Su organización no comparte ese optimismo. Denuncian que las ayudas directas no han llegado a tiempo: «Llegan tarde porque las empresas necesitaban el oxígeno ya [...] Llevamos 15 o 18 meses de anuncios de medidas que se quedan en un cajón».

Cuervas cree que muchas de las medidas que ha adoptado el Gobierno son «cortoplacistas» y hasta «populistas». Pone de ejemplo la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que se decretó sin el aval de los empresarios y que, según Cepyme, tendrá un impacto negativo sobre el empleo, no solo por los puestos de trabajo que se dejarán de crear, también por los despidos en negocios pequeños donde no pueden asumir más costes: «No estamos en los parámetros para subir el salario mínimo», explica Cuervas, quien muestra su temor a que detrás de esta intervención de los salarios haya un intento de cambiar el modelo económico.

Inseguridad jurídica

Otra de las señales que apuntaría en esa dirección, según el presidente de Cepyme, es el plan de choque para abaratar la factura de la luz, que incluye un recorte de los beneficios extraordinarios de las eléctricas de 3.250 millones: «No entendemos cómo la solución es `le hemos metido la mano en la caja a la empresa´, `le hemos confiscado o intervenido los beneficios extraordinarios´ [...] No podemos dar esas señales de inseguridad jurídica», indica Cuerva, quien alerta: si se hacen inviables las subcontrataciones con la reforma laboral, se acabará con las pymes.