De Guindos sugiere vincular la subida de los salarios a la inflación subyacente
ECONOMÍA
El vicepresidente del BCE atribuye la buena evolución del mercado laboral a la reforma del 2012
05 nov 2021 . Actualizado a las 17:36 h.El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha sugerido este viernes utilizar la inflación subyacente en España (1,4 %) -excluye la subida de precios de la energía y los productos frescos- y no la general (5,5 %) como referencia en las negociaciones salariales entre empresas y trabajadores para evitar un alza de la inflación a medio o largo plazo.
El exministro de Economía considera que debería excluirse del cálculo el crecimiento de los precios de la energía, por considerar que es coyuntural y nada representativo del tono general de la economía. Aunque sus efectos, reconoce, están siendo «más largos de lo que habíamos previsto», anticipa que la inflación se relajará en el 2022.
De Guindos lanzó esta propuesta en una entrevista a Onda Cero en la que instó al país a evitar «efectos de segunda ronda». Y es que, cuando pensiones y salarios crecen al mismo ritmo que el IPC general -sin discriminar entre la cesta de la compra y el componente energético- se podría estar abonando el terreno para un escenario futuro de alta inflación sostenida en el tiempo. Si a eso se suma un ritmo bajo de crecimiento, como el esperado para el 2023, la economía podría verse atrapada en una espiral peligrosa de precios al alza y pérdida de poder adquisitivo. «Es importante que no se produzcan efectos de segunda ronda [...] Lo que habría que hacer es tener en cuenta en la negociación salarial que la inflación es temporal y hacer evolucionar los salarios de acuerdo con una inflación más permanente», ha indicado De Guindos, recordando que en la eurozona está en el 4,1 %, pero la subyacente, que está en el 2,1 %, es más permanente «y esa debería ser la señal», según recoge Europa Press. Esa va a ser de algún modo la inflación que permanecerá en el tiempo una vez que los efectos temporales desaparezcan, ha explicado, advirtiendo de que «si no se cometen errores desde el punto de vista de efectos de segunda ronda» la inflación dentro de unos meses no será del 4 %, sino que estará más cerca del 2 %.
¿Qué implicaría esta medida? La pérdida de poder adquisitivo inmediata de los trabajadores -y pensionistas, si también se extiende a la indexación de sus prestaciones-. Si la subida salarial excluye el impacto de la inflación energética, los sobrecostes en la factura del hogar y del transporte se cargarían sobre sus hombros.
Reforma laboral
Por otro lado, De Guindos también ha destacado la buena evolución del mercado laboral español y lo hizo atribuyendo ese éxito a la reforma del 2012 que el Gobierno quiere reformar. En torno al debate sobre su derogación, el exministro reconoció que hay aspectos mejorables, aunque se mostró escéptico sobre la idea de acometer ciertas modificaciones: «Hemos visto que el mercado laboral por primera vez no se ha comportado peor que el PIB», ha celebrado.
«Todo se puede mejorar, pero hay que tener en cuenta que hay cosas que están funcionando», apostilló, antes de asegurar que la reforma del 2012 mejoró la temporalidad: «España tiene un problema de temporalidad que se redujo con la reforma laboral de 2012. Ahí se puede mejorar, pero es un aspecto muy concreto», ha indicado. Algo en lo que no están de acuerdo los sindicatos ni Eurostat. UGT señala en uno de sus estudios que la temporalidad no ha dejado de crecer, aumentando la rotación laboral, los trabajos a tiempo parcial, la inestabilidad y la devaluación de los salarios. Y el organismo estadístico europeo le da la razón. El 19,2 % de los empleos en España eran temporales en el 2012. Seis años después, lo eran el 22,3 %.
En cualquier caso, el vicepresidente del BCE ha señalado que, mientras que la eurozona va a recuperar en este trimestre el nivel de renta previo a la pandemia, España va a tener un retraso en la recuperación, después de una caída más intensa del PIB en el 2020 y un rebote menos fuerte de lo que debería: «Hay muchas cosas que se han hecho bien en España, pero también debemos mirar aquellos factores que llevan a que nuestra recuperación de renta no sea tan rápida», ha apuntado sin querer precisar estos factores, ya que «ahí la política monetaria no puede hacer nada».
Compra de deuda
De Guindos ha confirmado que en su reunión de diciembre el Consejo de Gobierno del BCE debatirá qué hacer cuando expire el programa de compra de deuda de emergencia vinculada a la pandemia (PEPP). En marzo del 2022 finaliza el programa y todavía no se sabe si el organismo adoptará medidas alternativas para evitar que los mercados cierren las puertas a economías más endeudadas, como la española: «En diciembre decidiremos cuáles son las alternativas que vamos a utilizar si se decide que haya alguna alternativa».
Por el momento, el BCE ya ha reducido el ritmo de compra de deuda pública: «Estamos ajustando nuestras compras a través de este programa de emergencia a la evolución de la pandemia, que está mejorando», señaló.