Fernando Guldrís: «El empresario gallego tiene una mentalidad muy abierta»

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

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El director del Igape cree que la diversificación de mercados es más importante que el tamaño para ganar competitividad

06 feb 2022 . Actualizado a las 15:01 h.

Ni la inflación ni los problemas logísticos ni el aumento de costes laborales han impedido que las empresas gallegas batan su récord exportador. El director del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), Fernando Guldrís, cree que el éxito está en la búsqueda de clientes más lejanos.

—A pesar del año récord en exportaciones en Galicia, el Norte de Portugal nos lleva la delantera. ¿A qué se debe? 

—Estamos en cifras máximas históricas, no solo respecto al 2020, marcado por la pandemia, respecto al 2019 también es muy favorable. No vemos ninguna debilidad. Portugal comparte con Galicia que es una economía con un grado de apertura muy importante, pero hay que tener en cuenta que el mercado luso es mucho más pequeño que el español. Por eso de forma habitual y sistemática la economía portuguesa tiene cifras de exportación muy relevantes, teniendo en cuenta su pequeño tamaño y PIB. No hay nada en ese sentido que nos sorprenda o nos lleve a pensar en una ralentización. Galicia dentro del mercado español es una de las economías que más grado de apertura internacional tiene. El empresario gallego tiene mentalidad muy abierta al comercio internacional. En el caso del portugués, es algo que va muy de suyo por una pura cuestión de necesidad. 

—Desde hace tiempo el textil y el motor siguen concentrando la fuerza exportadora de Galicia. ¿Haría falta diversificar más? 

—Efectivamente, suelen ser los sectores con más peso en el comercio internacional de Galicia. Hay dos gigantes, por así decirlo, en cada uno de ellos, y todos los conocemos. Pero analizando cada uno de los sectores, observamos que aunque Inditex y Stellantis son muy relevantes, el resto de empresas también tienen un peso relativamente importante, más de lo que a veces pensamos.

En el textil, por ejemplo, cogiendo el mes de noviembre, aumentaron las exportaciones un 72 %. En España el incremento es del 34 %. De alguna forma, no son solo estos gigantes los que tiran de las exportaciones, hay toda una serie de empresas alrededor de ellos que están muy acostumbradas a exportar. Hay otros sectores que han crecido en los últimos años, como el de la alimentación, el metalmecánico o el naval. Vemos mucho dinamismo. Estos gigantes no monopolizan tanto. 

—La caída de las matriculaciones en Galicia y la escasez de semiconductores contrasta con el aumento de las exportaciones del motor. ¿Se está  priorizando el mercado exterior? 

—Se debe a que los productos concretos que se fabrican en Galicia en el sector consiguieron tener un tirón de demanda muy importante. La fábrica de Vigo tiene un volumen muy importante de fabricación de vehículos industriales, y ese vehículo en concreto se está demandando mucho. A pesar de que las matriculaciones han caído, la producción a la que nosotros estamos más orientados y que está tirando con mucha fuerza es el industrial. Eso explica que el 2020 haya sido buen año exportador y el 2021 haya sido todavía mejor a pesar de las dificultades. 

—Esas exportaciones del motor, ¿podrían verse afectadas por la asignación de las ayudas europeas a otras plantas? 

—Seguramente se ha llegado tarde a la carrera de la electrificación, en la que países como Alemania se han posicionado antes, han estado rápidos de reflejos en ese sentido. Igual de importante es el hecho de que la capacidad productiva de las plantas se pueda adaptar para producir vehículos eléctricos, en lugar de  los de combustión. Ahí hay que tener en cuenta que en Galicia ya se están produciendo eléctricos desde hace tiempo. Tenemos capacidad de adaptación, pero es cierto que es necesario que el sector acometa ciertas inversiones para seguir siendo competitivos, como ya lo es, en un mercado como el eléctrico. Ahí  es muy importante que el PERTE de la automoción tenga en cuenta estas necesidades. Es algo que como país necesitamos, no se trata solo de una planta de baterías, tiene que orientar bien las ayudas que puedan llegar del NGEU a estas actividades, que son las que está demandando el sector. 

—El Reino Unido se ha apeado de su posición como cuarto mercado gallego de exportación respecto al 2019. ¿Está pasando factura el brexit

—Como país tercero, los movimientos de mercancías quedan sujetos a las formalidades aduaneras y obligaciones formales en materia de IVA. Esperábamos que en el 2021 hubiese una contracción o mantenimiento de las exportaciones, y está siendo así. Lo que hicimos desde el Igape fue especializarnos en la casuística del brexit, con una oficina en Londres, no tanto para orientar en el mercado sino para asesorar sobre el cumplimiento normativo, aduanero, tributario, para que las empresas puedan hacer trámites y mantener las redes comerciales con el Reino Unido. Lo que esperamos es que este mercado vuelva a crecer. Sigue habiendo oportunidades para exportar.

—¿Ha habido empresas que han dejado de exportar allí por las dificultades? 

—Hemos visto casos puntuales. En general, lo que hay es que las empresas con un grado de exposición alto, por el peso que tenía el Reino Unido sobre sus exportaciones, han comenzado a diversificar sus destinos. No a reducir su cuota, pero sí a intentar tener una menor dependencia por lo que pudiera pasar, no abandonar el mercado. 

—Inflación muy alta, costes laborales al alza y precios elevados en las materias primas en el 2022. ¿Cómo impactará en las exportaciones? 

—Tanto la inflación como las dificultades logísticas son globales. Y esto lo que provoca es que, en cierto modo, no haya un gran desequilibrio entre la competitividad internacional de un territorio frente a otros. Es a escala global, así que el incremento de precios provoca que un territorio no pierda competitividad frente a otros. 

—Pero hay regiones donde las empresas tienen un mayor tamaño y músculo que las gallegas para poder competir en un escenario adverso...

—No necesariamente la relación es tan directa. Viendo los datos del 2021, el número de empresas gallegas exportadoras ascendió a 8.855, récord absoluto. Muchas de ellas son empresas pequeñas, pymes, incluso con menos de 10 empleados, y sin embargo, en un contexto inflacionista han sido capaces de encontrar mercados fuera de Galicia y de colocar sus productos y servicios fuera. No hay una relación tan directa entre tamaño empresarial y cómo una inflación sostenida de precios puede afectar, no hay un riesgo tan elevado. Vemos todo tipo de organizaciones de todos los sectores capaces de vender fuera. 

—Sin embargo el propio Icex reconoce que el tamaño es un problema. ¿Qué se puede hacer? ¿Por qué cuesta tanto que crezcan? 

—En general, el tamaño de la empresa en España, sea exportadora o no, es más reducido que el de otros países de nuestro entorno. Es algo sistemático y bastante característico de nuestra economía. Hay un compendio de motivos. El cambio de tamaño empresarial se produce en un período de tiempo muy a largo plazo. Para ser más competitivos tenemos que entrar en más mercados fuera de la UE, diversificar los destinos. Los datos apuntan que vamos en esa dirección. Se han incrementado las ventas en Marruecos o Estados Unidos, por ejemplo. 

—La pandemia, ¿ha cambiado nuestra preferencia por ciertos mercados? 

—Por la parte de la importación sí, hay sectores que han relocalizado su producción para tener menos dependencia de países asiáticos, y particularmente de China. Ha habido ciertas dificultades para asegurar suministros desde ese país. Parte de las dificultades logísticas que se han producido en los últimos meses tienen su origen en situaciones que se han producido en puertos chinos. Eso, unido a factores como la proximidad o intentar tener mayor control de la producción, ha hecho que, como el textil, se intente tener todo más cerca y no depender tanto de determinados destinos para importar productos, fabricarlos o incorporarlos en la cadena. Por la parte de la exportación, aquí no afecta tanto. Muchas empresas han cambiado su mix y su forma de producir, no tanto el destino de sus mercados. El año pasado, algunos estaban cerrados, pero este año se ha normalizado más la situación. Hay países de fuera de la UE donde estamos siendo capaces de incrementar de forma muy relevante nuestras exportaciones. 

—Ese aumento,  ¿se extiende a todos los sectores o se concentra en ciertos productos muy demandados? 

 —El incremento es bastante generalizado. La diversificación no solo se produce en el sentido de que la UE pese menos y tengamos menos dependencia de un área geográfica, también vemos que dentro de la UE, los dos países que son nuestros principales destinos, Francia y Portugal, que por sí solos pesan de forma individual más del 10 %, crecen en el 2021 pero suben por debajo de la media. Estamos viendo cómo somos capaces de depender un poco menos de países concretos.