A España ya le cuesta más colocar su deuda: paga por primera vez en dos años las letras a 12 meses
ECONOMÍA
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El rendimiento ofrecido a los inversores se situó en el 0,078 %, dejando atrás los tipos negativos de las últimas emisiones
03 may 2022 . Actualizado a las 20:02 h.El cambio de ciclo en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), con el fin de las compras de deuda y el previsible inicio de la subida de los tipos de interés este año, ya está impactando en el coste que debe asumir el Estado para financiarse vía emisiones de deuda. Por ahora se trata de pequeños síntomas que, aunque no ponen en peligro su capacidad de acudir al mercado, sí evidencian que los años de financiación ultrabarata han llegado a su fin. El reflejo de esta situación se observa en el comportamiento del interés del bono a diez años (la principal referencia de la deuda española), que se ha disparado por encima del 2 %, hasta máximos que no se veían desde el 2015. La cifra, que viene a indicar la rentabilidad que exigen los inversores por comprar deuda de un país, se limitaba a finales del 2021 al 0,5 %.
Un notable avance que también se traslada a las nuevas emisiones de deuda con las que, entre otras cosas, se financia el déficit público. Ayer el Tesoro volvió a pagar por colocar sus letras a 12 meses en el mercado. Es la primera vez que lo hacía en dos años. En concreto, el rendimiento ofrecido a los inversores se situó en el 0,078 %, desde el tipo negativo (-0,288 %) aplicado en la última emisión al mismo plazo. Es cierto que pagar por las emisiones de deuda es un indicador de normalidad frente a la anomalía de los tipos negativos que ha regido en los mercados en los últimos años. Pero también supone un serio reto para economías con mayores desequilibrios como la española, con una deuda pública que aún superará el 115 % del producto interior bruto (PIB) a finales de este año, según las previsiones del nuevo cuadro macroeconómico presentado por el Gobierno la semana pasada.
Con esta perspectiva, el Tesoro ha acelerado sus emisiones en las últimas semanas, con el objetivo de protegerse del posible impacto que una subida de tipos en el coste de sus nuevas subastas. De hecho, el coste medio de su oferta ya ha saltado del -0,04 % del 2021 (negativo por primera vez) al 0,389 % de abril.
Fenómeno global
El encarecimiento de la financiación en el mercado es, en realidad, un fenómeno global. Y es que los principales bancos centrales están de retirada tras años de políticas de estímulo para sostener las economías por la crisis. En Estados Unidos, y ante la decisión que podría tomar la Reserva Federal (Fed) este miércoles de elevar los tipos de interés en otros 50 puntos básicos, la rentabilidad del bono a diez a años ha alcanzado el 3 % por primera vez en cuatro años. Y en la zona euro, el bono alemán (la principal referencia de la región) tocó esta semana el 1 % por primera vez desde el 2015. A principios de año, aún cotizaba en negativo.
«La Reserva Federal, al igual que el BCE, ha ido por detrás en la curva de deuda durante varios meses. En este sentido, ahora tiene claro que la lucha contra la inflación es su primera y, desde luego, más importante tarea», indica Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad de la Abogacía. Es decir, la senda alcista de los tipos de interés solo acaba de empezar. El problema es que, aunque el reto es común para todos, España es el cuarto país más endeudado de la zona euro, según datos de Eurostat. Por este motivo, tendrá que hacer un esfuerzo extra para convencer a los inversores de que financiar su economía es mejor opción que hacerlo en cualquier otra región. Y todo sin contar ya con sostén del BCE como comprador neto de la deuda de los Estados.