Carlos Cuerpo: «La avalancha por las letras del Tesoro dependerá de lo que ofrezca la banca»
ECONOMÍA
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El secretario general del Tesoro justifica la fuerte demanda minorista por cuestión de rentabilidad y seguridad
12 feb 2023 . Actualizado a las 12:48 h.El responsable del organismo que gestiona la deuda pública reconoce la sorpresa por la demanda de letras que se ha disparado entre pequeños ahorradores. Carlos Cuerpo (Badajoz, 1980), secretario general del Tesoro, sostiene que las colas en el Banco de España para hacerse con estos activos no es solo por su mayor rentabilidad frente a otros productos, sino por la «seguridad» de contar con el respaldo del Estado.
—¿Le ha sorprendido este repentino repunte en el apetito de los particulares por las letras?
—Hay un incremento de la demanda minorista exponencial. Lo vemos en nuestra web, que ha pasado de registrar 200.000 sesiones al día en el 2022 a 800.000 a principios del 2023. En febrero ya superamos los 5 millones. También lo vemos en las operaciones de compra. El anterior récord fue en el 2008, cuando los particulares compraron 250 millones de euros. En el 2022 alcanzamos los 400 millones y ahora ya rondan los 1.100 millones. Se ha multiplicado por más de cinco la contratación, solo a través de la web del Tesoro, sin contar con los que operan con su banco o acuden al Banco de España.
—¿A qué achacan este interés?
—Nos ha sorprendido. También al Banco de España. Hay varios elementos que configuran el interés por estos instrumentos de corto plazo, donde el producto estrella es la letra a 12 meses, que ahora es más rentable para el particular, con un interés cercano al 3 %, por encima de otros productos como los depósitos a plazo. No obstante, no es solo una cuestión de rentabilidad. También cuenta la seguridad que ofrece tener la garantía del Estado y la liquidez, con un mercado secundario muy profundo que permite vender estas letras en cualquier momento.
—Lo que sí sorprende es que los ciudadanos hagan cola en el Banco de España y no compren a través de sus propios bancos...
—La compra en las entidades, ya sea a través de fondos de inversión o de forma directa, tiene un elemento adicional: el posible cobro de comisiones que no se aplican si se opera a través del Banco de España o del Tesoro.
—¿Cómo están gestionando esta avalancha para evitar problemas como el colapso de la web?
—Intentamos que, aunque el servicio vaya un poco más ralentizado, no se interrumpa, porque lo más importante es que las operaciones se realicen con seguridad. Hay que garantizar la protección al inversor. También hemos hecho mejoras estructurales en el tamaño de nuestros servidores, para que la operativa pueda absorber en las próximas subastas toda esa nueva demanda.
—Porque... ¿prevén que continúe esta elevada demanda?
—Todo va a depender mucho de lo que suceda con el resto de productos alternativos. En todo caso, tenemos un calendario transparente y la cantidad que viene de demanda de los minoristas no deja de ser una proporción pequeña, que hace que no tengamos que cambiar nuestra estrategia.
—Entonces, todo dependerá de lo que haga la banca. ¿Se está beneficiando el Tesoro de la inacción del sector a la hora de remunerar el ahorro de sus clientes en depósitos?
—La existencia de las letras es una solución eficiente y alternativa para los inversores ante la ausencia de otros productos con la combinación de esta rentabilidad y seguridad. Para nosotros, toda la demanda es señal de confianza en nuestras emisiones. Si miramos la importancia de pequeños inversores respecto a institucionales, siguen siendo un porcentaje pequeño. Los minoristas tienen apenas un 0,2 % del total de nuestra deuda, aunque es cierto que el crecimiento llama la atención.
—¿La banca puede reactivar la guerra del pasivo, forzada por el auge de las letras?
—Es de esperar que en los próximos meses se empiece a cerrar la brecha de rentabilidad entre los instrumentos de renta fija públicos y lo que dan los bancos en sus depósitos. En algunos casos, la brecha está por encima de los 200 puntos básicos, así que esperamos que el sector vaya adaptando sus productos a la realidad de los tipos de interés del BCE.
—¿Las letras han ganado la carrera de la remuneración a los depósitos bancarios?
—Tengo por costumbre no dar recomendaciones de inversión, ni siquiera a familiares o amigos. Pero es cierto que la deuda del Tesoro es ahora mismo una inversión muy recomendable, a través del vehículo que sea.
—¿Se ha desatado demasiada «alegría» entre los particulares con estas inversiones?
—No veo ningún elemento de burbuja. Además, el interés no está solo en el corto plazo. A largo plazo hemos tenido mucha demanda. En la última sindicación, colocamos 87.000 millones entre institucionales, lo que ayuda a poner en perspectiva el peso del minorista.
Nuestra deuda apenas se ha visto afectada por la subida de tipos»
El giro en las políticas del BCE implica un reto para las condiciones de financiación, en un momento en el que la deuda supera los 1,5 billones de euros.
—¿Esperan que otros inversores puedan cubrir el hueco que va dejando el BCE?
—El BCE ha copado el 30 % de toda nuestra deuda y poco a poco empezará a reducir ese porcentaje. Esperamos que ese hueco empiecen a cubrirlo las entidades financieras domésticas, que actualmente poseen un 13 %.
—¿Esa confianza puede ayudar a doblegar la curva de la deuda?
—Cuando hablamos de sostenibilidad de la deuda, hablamos de la capacidad de cada uno de los países para repagar esa deuda respecto a su PIB o a sus ingresos. Tras el aumento de la deuda pública por las ayudas frente a la pandemia, asistimos a un proceso de reducción muy rápido. Además, que sigamos teniendo una senda a la baja en el déficit va a permitir reducir la deuda también en términos absolutos, no solo relativos.
—¿Se han sentido libres de gastar al no estar en vigor las reglas fiscales europeas?
—La suspensión de las reglas no ha sido un elemento para permitir un mayor gasto, sino para darnos flexibilidad ante una situación de tan elevada incertidumbre como la guerra. Europa debe pactar unas reglas que nos permitan alcanzar una senda de deuda sostenible.
—¿Cómo afecta al coste de la deuda este escenario de tipos?
—Hemos alargado la vida media de la cartera a ocho años. Esto es clave porque nos ha permitido que ahora apenas tengamos que refinanciar el 12 % de la deuda. Y eso es un seguro para asimilar la subida de tipos. El coste de financiación se ha incrementado, pero se está empezando a estabilizar. Y el coste medio apenas se ha visto afectado, cerrando el 2022 en el 1,74 %.