De Novagalicia a Abanca: los diez años del banco referente del noroeste de la península

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, a la derecha, y el consejero delegado, Francisco Botas
El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, a la derecha, y el consejero delegado, Francisco Botas PACO RODRÍGUEZ

La entidad financiera duplicó su cifra de negocio y sumó ocho adquisiciones en una década

24 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ahora diez años, Galicia estuvo a punto de desaparecer del mapa financiero español. Novagalicia Banco, la heredera de las cajas de ahorros y principal institución de la comunidad gallega —controlaba el 33 % del crédito gallego, y el 38 % de sus depósitos— salía a subasta tras un rescate público de más de 9.000 millones de euros inyectados por el FROB, el fondo creado por el Estado para cubrir la reestructuración de la banca española, tras la crisis financiera del 2008.

La Caixa, BBVA, Santander, y los fondos Guggenheim y Oak Tree-JC Flowers (acudían juntos a la puja) acudieron a la subasta, pero el 19 de diciembre del 2013 la entidad acabó adjudicada al grupo venezolano Banesco, presidido por Juan Carlos Escotet, que puso sobre la mesa 1.003 millones de euros para hacerse con el 88,33 % del capital en venta (correspondiente a la participación del FROB y del Fondo de Garantía de Depósitos).

Desde el principio, Banesco, que en ese momento ya era dueño de Banco Etcheverría, dijo que entraba en Galicia con vocación de permanencia, y con un plan estratégico diseñado para ser una entidad líder en el noroeste de España, a través de compras y de crecimiento orgánico.

Arrancaba así un nuevo banco arraigado en Galicia que en el 2014 se constituyó en Abanca Grupo Banesco (integrando a Banco Etcheverría), y con un capital social de 2.453.657.413 euros, 2,5 millones de clientes, 709 oficinas, 4.800 empleados y más de 54.000 millones en activos se convirtió en la décima entidad española por activos, con presencia hegemónica en Galicia y León.

Trayectoria ascendente

De ahí en adelante, la trayectoria de Abanca ha sido ascendente, siguiendo el rumbo marcado por el plan estratégico, a pesar de que el nuevo banco nació en uno de los peores momentos de la economía española, con la prima de riesgo disparada, y en un escenario financiero muy complejo, impactado por tipos de interés negativos durante los seis años siguientes.

Los datos hablan por sí mismos: a punto de cerrar el ejercicio de su primera década de existencia, Abanca cuenta con una red de 677 oficinas (623 en España) — lo que supone un aumento del 14 % que contrasta con la reducción en un 48 % en las oficinas del sistema financiero español—; y una plantilla de 6.288 profesionales —con un crecimiento del 19 % cuando el sector en España redujo un 28 % el número de empleados—.

Las cifras del volumen de negocio se han duplicado, desde los 57.214 millones de euros, con los que arrancó la entidad en diciembre del 2013; hasta los 106.522 millones al cierre del primer semestre del 2023, —tras la adquisición de Targobank en octubre de este año, la suma sube a 112.754 millones—, y presencia en 10 países de Europa y América: Francia, el Reino Unido, Alemania, Suiza, Portugal, México, Panamá, Brasil, Estados Unidos y Venezuela.

Una de las claves de la transformación de Abanca es el crecimiento inorgánico, llevado a cabo con cautela, de forma muy meditada, compra a compra, para lograr un crecimiento constante y sostenido a lo largo de casi una década. Bajo las premisas de buscar la complementariedad tanto geográfica como en líneas de negocio; el aprovechamiento de sinergias de ingresos y costes para mejorar su eficiencia; y la suma de talento e integración de culturas, el banco gallego ha ejecutado desde el 2014 hasta la actualidad un total de ocho adquisiciones: la primera fue la ya citada del Banco Etcheverría, en el 2014, en el 2017 finalizó la integración de Popular Servicios Financieros, en el 2018 llegó la adquisición de Deutsche Bank PSCB Portugal; y en el 2019, la de Banco Caixa Geral. En el 2021 culminó la compra de Bankoa, a la que siguió en el 2022 la de Novo Banco. Ya en el 2023, el pasado octubre, se hizo con Targobank España. En este tiempo, el crecimiento corporativo vía adquisiciones de entidades implantadas en suelo luso ha sido una seña de identidad del banco que preside Escotet.

Pero en los últimos años aceleró el proceso para convertirse en uno de los grandes bancos de Portugal, un objetivo consumado el pasado mes de noviembre con la compra del Banco BIC Portugués (EuroBic). En palabras del presidente de la entidad gallega, la portuguesa «es una de las economías más dinámicas de la eurozona y un mercado natural para nosotros por su intensa interrelación económica y cultural con España, y en especial con las áreas geográficas de liderazgo de Abanca». Así lo aseguró tras esta última adquisición, que ha permitido que este año (hasta noviembre) el banco haya superado las 96.000 altas de clientes en España y Portugal.

19 de diciembre del 2013

Banesco compra Novagalicia Banco. El banco venezolano se adjudicó la heredera de las antiguas cajas por 1.003 millones.

Junto a la visión ibérica del negocio financiero, la otra gran fortaleza de Abanca es la identificación con el territorio, es decir, la galleguidad. «Nuestra mayor aportación al desarrollo de Galicia es ser una entidad sólida y eficiente, que garantiza el flujo de crédito, estando muy próxima a las empresas y a las familias», afirmó recientemente Escotet en una intervención en el Círculo de Empresarios de Galicia. Y la mejor muestra de ese apego es el rescate de empresas emblemáticas como Nueva Pescanova o el Deportivo de A Coruña.

Desde el año 2015, en que se constituyó Nueva Pescanova con la banca acreedora de la vieja matriz en el capital (intercambiando deuda por acciones), Abanca ha salido al rescate del grupo pesquero en varios momentos críticos para salvaguardar la viabilidad de la empresa y su sede en Galicia. Tras la paralización de su venta (tiene el 98 % del capital), el pasado mes de octubre volvió a hacerlo. El banco inyectó en enero 70 millones en Nueva Pescanova para «reforzar los fondos propios de la compañía y robustecer la ejecución de su plan estratégico», como explicó la compañía, que ha acabado aplicando un ERE para 76 despidos. También continúa su apoyo al Deportivo, club que acaba de solicitar un crédito de 17 millones a Abanca con la mirada puesta en la salida del concurso de acreedores a lo largo del 2024.

A punto de cerrar el 2023, Abanca va camino de culminar un ejercicio de resultados históricamente buenos, a pesar del impuesto extra implantado este año, que penaliza con un tipo del 4,8 % el margen de intereses y comisiones netas de las entidades por su negocio en España. Tras cerrar el primer semestre duplicando beneficios (278 millones), el negocio del banco ha seguido al alza en el tercer trimestre, hasta concluir los nueve primeros meses de este 2023 con unas ganancias netas atribuidas de 428,6 millones de euros, tres veces más que entre enero y septiembre del año pasado.