Los españoles prefieren invertir en ladrillo y depósitos antes que jugársela en la bolsa

j. m. c. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Varios paneles muestran en el parqué madrileño la evolución de la Bolsa
Varios paneles muestran en el parqué madrileño la evolución de la Bolsa Altea Tejido | EFE

La mayor parte del patrimonio se decanta por la vivienda y los productos bancarios

14 ene 2024 . Actualizado a las 16:10 h.

Acercarse al mercado bursátil no ha sido históricamente uno de los fuertes de los ahorradores españoles. La aversión a la bolsa ha sido constante en las decisiones de los particulares y así lo demuestran todas las estadísticas. Esta misma semana, la de la crisis de Grifols, el Banco de España actualizaba la estructura financiera de las familias: un tercio de sus ahorros están en depósitos bancarios; un 15% en fondos de inversión; y apenas un 4,4% en acciones bursátiles puras y duras. Si de esos títulos se descuentan las históricas posesiones en Telefónica, Repsol, Iberdrola, Santander o BBVA —las grandes firmas con pequeños inversores en su accionariado—, el resto de la cotizadas apenas consigue atracción.

Y es que al español le gusta la vivienda. Y los depósitos bancarios. Todo depende del contexto económico. José Luis Manrique, director de Estudios del Observatorio Inverco, explica que «una de las singularidades del ahorrador español a la hora de invertir ha sido históricamente su visión de corto plazo en las inversiones». Este experto considera que «quizá por esta razón el ahorrador medio español es muy conservador y en época de tipos de interés altos», como la actual, «prefiere un depósito remunerado a plazos cortos», con máximos de un año. El producto estrella que ha atraído buena parte de la atención de los particulares en este último año ha sido la deuda pública. Y más en concreto las letras del Tesoro. Su rentabilidad, superior al 3,6 % a 12 meses, ha superado con creces la retribución ofrecida por la media de la banca con sus depósitos, cuyo interés apenas se ha situado en el 2,6 %, según el Banco de España. De este modo, los españoles han pasado de tener unos 2.000 millones en letras a poseer más de 23.000 millones en un solo año.

Por no hablar de la vivienda, el verdadero atractivo para el inversor español. Adentrarse en el ladrillo ha sido siempre la primera idea que se le ha venido a la cabeza a cualquier ahorrador. Varios registros coinciden en señalar que siete de cada diez españoles optan por esta alternativa a la hora de invertir como primera opción, por delante de cualquier otra herramienta. Eso sí, la espiral de tipos de interés (han subido del 0 al 4,5 % en apenas año y medio) ha retraído buena parte de esta demanda, que no ha podido acceder a un inmueble, bien en propiedad —como fórmula de ahorro de cara al futuro—, bien como arrendamiento para obtener rendimientos a corto y medio plazo.

El perfil del inversor es el de una persona de entre 40 y 45 años, que ya dispone de una casa en propiedad y que cuenta con ingresos familiares elevados. Sin embargo, desde Asufin recuerdan que «es un bien no líquido, del que no puedes disponer en todo momento».