El mercado refrenda el valor de Puig en su ambicioso debut como cotizada

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El precio de la acción sigue en los 24,5 euros de salida, tras llegar a subir un 4 %

03 may 2024 . Actualizado a las 20:53 h.

«Había una vez un concurso de aves para ver cuál volaba más alto: el águila imperial alzó el vuelo y voló más alto que ninguna. Pero un jilguero salió de su ala, donde estaba escondido, y ganó». Con esta fábula aprendida de su hija, un emocionado Marc Puig, presidente del grupo catalán de cosmética, ilustró el momento histórico que suponía el estreno en Bolsa para la centenaria compañía. «Si hemos volado tan alto es porque nos hemos apoyado en los hombros de gigantes: nuestro bisabuelo, un agricultor de Vilassar; nuestro abuelo, que se trajo licencias de perfumes, y nuestros padres, que en un país autárquico apostaron por el diseño». En la cuenta atrás para el toque de campana, el ejecutivo incluso se permitió alguna broma: «Salimos a 24,5 euros, si vamos por encima saldrá en la pantalla; si vamos por debajo, mejor salgamos corriendo».

Y lo que finalmente pasó este viernes, durante la primera jornada como cotizada es que los mercados refrendaron el valor de Puig, que cerró la sesión al mismo precio que se estrenó.

Unos días antes, la textil gallega Adolfo Domínguez, participada por Puig —tiene un 14,8 % desde el año 2000, que lo convierte en su segundo mayor accionista, por detrás del diseñador ourensano—, y también cotizada, se alegraba de la decisión. «La salida bolsa les da acceso al capital, pero también una estabilidad hacia el futuro y les deseamos lo mejor», declaraba Antonio Puente, consejero delegado del grupo. Sociedad Textil Lonia (STL), el otro socio gallego de Puig —tiene un 25 %, tras la compra hace diez años de las acciones que estaban en manos de Louis Vuitton—, no se ha pronunciado, pero toda capitalización a mayores será próspera para seguir impulsando la marca CH Carolina Herrera, creada por ambos.

Una salida airosa

Las primeras horas de Puig fueron excitantes. Nada más estrenarse, su precio se situó por encima de los 27 euros por acción. Eran las 12.00 del mediodía y apenas 16 minutos después, las aguas volvían a su cauce: 24,6 euros, y en ese entorno cercano al precio oficial de la salida se mantuvo, para acabar el día en tablas.

Puig salía al mercado en la parte alta de la banda orientativa de precios manejada para la OPV (oferta pública de venta), una cifra que los analistas coinciden en calificar como un «precio exigente». «Sitúa el valor del grupo de cosmética ligeramente por encima del que tenía Inditex en su salida a bolsa en el 2001», afirma Javier Cabrera, analista de XTB.

La comparación con la gallega es inevitable, por su componente familiar y por la forma en la que la familia se queda con la mayoría del poder de decisión. «A partir de aquí, Puig deberá convencer a los inversores de que la propuesta de valor de la compañía es buena y de que el crecimiento de doble dígito de sus cuentas en los últimos dos años no es algo coyuntural, sino que se podrá mantener en el tiempo», dice el experto.

«De no ser capaces de conseguir ese ritmo de crecimiento en los próximos trimestres, podríamos ver un ajuste del precio de las acciones, debido a la alta expectativa con la que la empresa ha salido a bolsa y a la valoración exigente», concluye.

En la misma línea, los expertos de Bankinter estiman que «el precio de salida supone un descuento del 15 % frente a la media del sector de la cosmética que cotiza en bolsa (Estee Lauder, Shiseido, Coty, Interparfums) en términos de valor de empresa. «La salida a bolsa nos parece atractiva considerando el precio de colocación. Sin embargo, que lo siga siendo dependerá de lo que acabe haciendo hoy en su estreno bursátil», indican.

Pese a que el estreno quedó en tablas por el lado de la cotización, los analistas aclaran que, en este tipo de operaciones, el precio del primer día es lo de menos. De momento, la salida a bolsa ha reportado a Puig 3.000 millones de euros, y su precio de salida supone una valoración de mercado inicial de casi 14.000 millones.

Tras la capitalización, la familia Puig, que fundó la compañía hace 110 años, conservará el 71,7 % de los derechos económicos y el 92,5 % de los derechos de voto, lo que blinda el control familiar del grupo.

Puig cuenta con una cuota de mercado del 11 % en lo que se conoce como alta perfumería. Es el cuarto operador a nivel mundial. Cerró el 2023 con un crecimiento del 19 %, hasta alcanzar una cifra de negocio de 4.304 millones de euros. En su cartera de marcas se incluyen compañías como Paco Rabanne, Charlotte Tilbury, además de Adolfo Domínguez y Carolina Herrera. Con sede en Barcelona, vende en 150 países, tiene presencia directa en más de 25 y suma más de 9.000 empleados.