Cepyme cifra el coste del absentismo en 135.000 millones al año

La Voz REDACCIÓN / EUROPA PRESS

ECONOMÍA

Jesús Hellín | EUROPAPRESS

Denuncia que la tasa no baja del 7% y que las pérdidas se han duplicado respecto al 2015

16 may 2024 . Actualizado a las 16:55 h.

La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) cifra el coste del absentismo en España en 135.000 millones de euros al año y denuncia que la tasa se ha estabilizado tras la pandemia en el 7%, una décima menos que el año 2020, pero casi dos puntos porcentuales por encima del 2018, cuando se situó en el 5,2%.

Esta cifra supone un repunte frente a los 119.150 millones de euros que costó el absentismo en el año 2022 y más del doble de lo que suponía en el 2015, cuando el absentismo tuvo un impacto económico de 62.260 millones de euros, según datos el informe El absentismo laboral derivado de la incapacidad temporal por contingencias comunes elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) y recogidos por Cepyme.

Durante unas jornadas sobre el impacto del absentismo en las pymes, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ha asegurado que el absentismo es un «grave problema para la empresa» y se ve magnificado en las pymes, lo que sumado a otras cuestiones como el problema de las vacantes, con el 70% de las pymes necesitando mano de obra y no encontrándola, hace que la productividad en España haya agrandado su brecha respecto a Europa en el año 2023.

En esta línea, el director de Economía y Políticas Sectoriales de Cepyme, Francisco Vidal, ha asegurado que en España hay 390.000 vacantes y «no las 140.000 que dice la estadística oficial» y ha avisado de que «el problema del absentismos se retroalimenta con las vacantes».

Durante las jornadas, el vicepresidente de Cepyme, Ángel Nicolás, ha recalcado que las horas medias no trabajadas por asalariado han pasado de 86 horas en el 2018 a las 113 horas en el 2023, lo que supone un incremento del 32,3% en el número de horas medias.

En relación a los costes, ha recalcado que el coste directo del absentismo -salarios más cotizaciones por retrasos- suponen cerca de 12.500 millones de euros y los indirectos -relacionados con contratar a gente por la baja de los trabajadores- asciende a 49.700 millones de euros, mientras que ha recalcado que el coste de oportunidad -pérdida de ventas y sobre esfuerzo en la plantilla- no se puede cifrar.

De igual manera, ha avisado del incremento del 42% de la Incapacidad Temporal (IT) por Contingencia Común entre el 2018 y el 2023, frente a la reducción del 19% de los casos de Incapacidad Temporal por Accidente de Trabajo en el mismo período. En este sentido, ha apuntado que los primeros son controlados por la sanidad pública y estos últimos por las mutuas.

Entre las causas, señala, principalmente, la saturación de los servicio de salud por falta de capacidad, lo que está retrasando las altas; el aumento en las listas de espera de la sanidad; la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad, mientras que ha aseverado que el envejecimiento de la población, «hoy por hoy no es causa», ya que se registra un mayor absentismo entre los trabajadores con edades comprendidas entre los 16 y 45 años.

Por su parte, el director Randstad Research, Valentín Bote Álvarez-Carrasco, ha alertado de que en un día promedio 1,3 millones de personas faltan a trabajar y que en una década la proporción de pérdida de horas de trabajo se ha duplicado. «¿La gente se pone más mala? Dudoso, ¿la prevención es más laxa? En absoluto», ha añadido.

De igual manera, ha criticado que el absentismo se dé «muy por encima» de la media en un sector como la Administración Pública, a pesar de que es un sector donde no hay un «factor de riesgo alto, excluyendo sanidad y educación».

Un ahorro de 2.600 millones si las mutuas tramitasen las bajas

Por otro lado, durante las jornadas, el vicepresidente de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social, Luis Miguel García, ha cifrado en más de 2.600 millones de euros el ahorro en el sistema - tanto para las empresas como para la Seguridad Social- que podría hacerse si se permitiera a las mutuas tener una mayor participación en las bajas laborables por causas traumatológicas.

«Nos tienen que permitir hacer las cosas, saben que tenemos medios y ganas, pero no nos dejan la flexibilidad», ha recalcado el vicepresidente de las Mutuas de la Seguridad Social, quien ha instado al Gobierno a permitir un mayor papel de las mutuas en relación a la tramitación de las altas y bajas.

Ampliar la colaboración

En relación a esta cuestión, el presidente de Cepyme ha pedido al Gobierno «agilizar» el papel de las mutuas en esta materia y ha recordado que la colaboración de las mutuas supondría un «apoyo» para quitar saturación a los servicios públicos.

«El papel de las mutuas hay que agilizarlo, ojalá esas mesas [de diálogo social] sean más productivas y ese acuerdo de negociación entre mutuas y comunidades autónomas se ponga en funcionamiento», ha recalcado Cuerva en relación a las negociaciones sobre Seguridad Social, pensiones y mutuas que se están llevando a cabo entre patronal, sindicatos y el Ministerio encabezado por Elma Saiz.

De igual manera, Cuerva ha pedido «rigor al Gobierno de España», y tener en cuenta el absentismos y los estudios sobre jornada laboral que se están realizando ahora a la hora de negociar la reducción de jornada, una medida que ha reiterado es una «promesa cortoplacista y populista» que viene impuesta desde el Gobierno y no obedece «a la realidad».

Otras medidas para mejorar la gestión de las IT por contingencia común pasa, según AMAT, por evitar el establecimiento de complementos y mejoras a la prestación por las mismas o, en su caso, suprimirlos o tratar de reducirlos, en los convenios colectivos.

También por rebajar el porcentaje que se aplica a la base reguladora para el cálculo de la prestación de ITCC, ello sin perjuicio de ponderarlo en función de la gravedad de la enfermedad o accidente del trabajador, así como de su evolución temporal.